- Anomalías congénitas de la columna lumbar:
-Espondilolisis. Es la causa más frecuente de dolor lumbar en adolescentes. Se trata de una anomalía vertebral congénita (de nacimiento) que habitualmente no suele producir ningún síntoma, pero que a veces puede doler cuando se está creciendo o cuando se realiza algún deporte, frecuentemente como consecuencia de una pequeña fractura en el lugar donde se encuentra la anomalía vertebral. Se diagnostica con una radiografía o un TAC de la zona.
-Espondilolistesis. Consiste en el deslizamiento de una vértebra hacia adelante, generalmente de una vértebra lumbar baja, L4 o L5. Puede tratarse de una anomalía congénita, ser debida a una enfermedad vertebral degenerativa o ser debida a algún otro problema vertebral, por ejemplo una complicación de la espondilolisis. Puede cursar sin síntomas, producir dolor lumbar crónico o afectar a una raíz nerviosa dando lugar a una ciática. En ocasiones es responsable de una estenosis del canal lumbar o de un síndrome de la cola de caballo.
-Cifoescoliosis. Se trata de una curvatura anormal de la columna vertebral que frecuentemente produce dolor lumbar, en ocasiones con una ciática asociada.
-Espina bífida oculta. Se debe a la falta de cierre de una o varias vértebras en su zona posterior. En la espina bífida oculta las meninges y la médula espinal no están afectadas. La mayoría de los casos son asintomáticos.
- Traumatismos:
-Dislocación o fracturas vertebrales debidas a golpes o accidentes. Pueden asociarse a problemas neurológicos si producen una compresión de la médula espinal.
-Distensión de espalda. Se produce por el estiramiento exagerado, con desgarro, de los ligamentos de la columna como consecuencia de caídas, golpes, accidentes, malas posturas o esfuerzos, como el levantamiento de un objeto pesado. No se observan alteraciones radiológicas y el dolor se localiza en la zona lumbar.
- Problemas mecánicos de la columna. Consisten en el daño de la columna por pequeños esfuerzos o malas posturas en personas que ya tienen una alteración degenerativa de la columna vertebral. Pueden producir dolor continuo o dolor cuando la espalda es sometida a una mayor actividad. Incluiría a:
-Hernia discal. Consiste en la herniación (salida fuera de su sitio) de un disco intervertebral (una especie de “almohadilla” que se encuentra entre las vértebras). Puede producir dolor localizado en la zona lumbar o dolor irradiado por una raíz nerviosa (ciática).
-Degeneración del disco intervertebral. Se trata de una destrucción progresiva del disco intervertebral asociada a la edad.
-Degeneración de las articulaciones intervertebrales.
- Enfermedades degenerativas:
-Estenosis del canal lumbar. Se trata de dolor lumbar o en las nalgas al caminar o al estar de pie, como consecuencia de un estrechamiento en el canal de la médula espinal.
-Estrechamiento del agujero foraminal. Produce un dolor ciático indistinguible del producido por una hernia discal.
-Artrosis de la columna. Aparece a edades avanzadas. Produce dolor lumbar que aumenta con el movimiento y se acompaña de rigidez, sin que haya una buena correlación entre los síntomas y el hallazgo radiológico, es decir, puede haber mucha afectación radiológica y pocos síntomas o muchos síntomas sin apenas alteraciones en las radiografías. Suele asociarse a la formación de osteofitos, unos crecimientos anormales del hueso que pueden comprimir las raíces nerviosas produciendo ciática o una estenosis del canal lumbar.
- Enfermedades reumatológicas (espondilitis anquilosante). Suelen afectar a varones menores de 40 años, produciendo dolor lento y progresivo que mejora con el ejercicio en la región lumbar baja y en las nalgas.
- Infecciones vertebrales (osteomielitis vertebral) o de los discos intervertebrales (discitis). Suelen acompañarse de dolor continuo, fiebre y otros síntomas de afectación general. Si se acompaña de afectación neurológica se debe pensar en una absceso (colección de pus) epidural.
- Cánceres primarios (linfomas) o metastáticos (próstata). Suelen producir dolor continuo que aumenta por la noche.
- Osteoporosis. Se produce en personas de edad avanzada. La osteoporosis hace más frágiles a las vértebras favoreciendo su aplastamiento, lo que se asocia con intenso dolor local que cede espontáneamente después de varias semanas. La mayoría de los aplastamientos vertebrales son, sin embargo, asintomáticaos y conducen a la reducción de la estatura y a la aparición de cifosis progresiva (postura como agachada debida a la curvatura de la columna).
- Hernia discal.
- Espondilolistesis.
- Estrechamiento del agujero foraminal.
- Otras causas.
Ante cualquier dolor lumbar prolongado en el tiempo se debe siempre descartar una causa grave. Los datos que sugieren que puede haber una causa grave detrás del dolor son:
- Enfermedades del páncreas (pancreatitis crónica o cáncer de páncreas).
- Enfermedades del estómago (sobre todo cánceres de estómago).
- Enfermedades renales (cólico nefrítico, pielonefritis o cáncer de riñón). Las enfermedades renales son una causa frecuente de dolor lumbar agudo.
- Enfermedades pélvicas, fundamentalmente cánceres de origen ginecológico.
- Aneurisma de aorta abdominal.
- No se aconseja el reposo en cama aunque, si el dolor es muy agudo, puede recomendarse durante un máximo de 48 horas. Es conveniente caminar y evitar el ejercicio intenso.
- En ocasiones puede ser beneficioso aplicarse calor local (manta eléctrica).
- La manipulación espinal, aplicada por profesionales (fisioterapeutas), puede ser eficaz en algunos pacientes.
- Otros tratamientos como los masajes, acupuntura, láser, ultrasonidos, magnetoterapia, corsés y tracción lumbar, no han demostrado ser más eficaces que los analgésicos.
- Los ejercicios de fortalecimiento de la columna no se han demostrado eficaces para el tratamiento del dolor agudo.
- Se deben recomendar analgésicos o anti-inflamatorios, asociados a relajantes musculares por la noche. El tratamiento con analgésicos más potentes como el tramadol o derivados opiáceos, debe limitarse a pacientes con dolor que no cede a los tratamientos habituales.
- Se ha demostrado eficaz la realización de programas de ejercicios que complementen la actividad aeróbica (ejercicios de intensidad baja/media y de larga duración) con el fortalecimiento y estiramiento de la musculatura lumbar.
- La realización de yoga es eficaz en algunos pacientes.
- El tratamiento farmacológico con paracetamol y antidepresivos reduce el dolor en la mayoría de personas.
- Han demostrado también cierta eficacia los tratamientos conductuales por parte de psicólogos entrenados y la manipulación espinal.
- La realización de otros tratamientos como masajes, acupuntura, TENS (estimulación nerviosa eléctrica transcutánea), etc. o no han demostrado su eficacia o han encontrado resultados contradictorios, por lo que actualmente no deben recomendarse.
- La inyección de diversas sustancias (corticoides u otras) en diferentes zonas de la columna, no ha demostrado tampoco ser eficaz cuando no se asocia afectación de las raíces nerviosas (ciática).
- Tampoco el tratamiento electrotérmico o de radiofrecuencia dirigido a alterar determinados nervios o zonas de la columna implicadas en el dolor ha demostrado resultados inequívocamente favorables, por lo que tampoco debe recomendarse actualmente su utilización.
- La cirugía dirigida a la fusión vertebral en pacientes con enfermedad degenerativa del disco intervertebral pero sin radiculopatía (ciática), tampoco ha demostrado su eficacia inequívoca y, por tanto, no se debe recomendar de forma generalizada. Sólo puede ser valorada por un especialista en aquellos casos que no responden a un tratamiento médico óptimo.
- Vuelta a la actividad habitual a la mayor brevedad posible, no recomendándose el reposo en cama durante más de 48 horas.
- Utilización de analgésicos o anti-inflamatorios. En casos de ausencia de respuesta a estos tratamientos se pueden utilizar derivados opiáceos durante un tiempo limitado.
- Inyecciones epidurales (en una zona de la columna) de corticoides. Mejoran el dolor de forma temporal aunque no modifican la evolución natural de la hernia de disco y no alteran la proporción de pacientes que van a requerir cirugía.
- Cirugía. Está indicada cuando existe un deterioro progresivo del funcionamiento del nervio ciático dañado por la compresión, consistente en pérdida de fuerza progresiva en la pierna. La cirugía urgente está indicada cuando exista un síndrome de la cola de caballo o cuando haya una afectación de la médula espinal, en general manifestados por alteraciones en la capacidad para orinar o defecar, disminución de la sensibilidad en la zona del periné (entre el ano y la zona genital) y por debilidad o espasticidad (rigidez) de ambas piernas. La cirugía también está indicada en aquellos pacientes que persisten con dolor intenso a pesar de un tratamiento médico óptimo durante 6 a 8 semanas. La cirugía mejora el dolor aunque, pasados unos años, el grado del mismo no difiere del de los pacientes con hernia discal que no han sido operados. El tipo de cirugía que se suele hacer es extirpar una parte de la vértebra y extraer el disco herniado, con o sin fusión de las vértebras.