Numerosos estudios han demostrado que aquellos
pacientes con diabetes que realizan una dieta saludable y ejercicio físico frecuente mejoran el control de su glucosa en sangre, reducen o retrasan las complicaciones crónicas de la diabetes en el riñón, los ojos y los nervios, y mejoran el control de otros factores de riesgo cardiovascular, disminuyendo las complicaciones cardiovasculares.
Dieta recomendada por médicos para pacientes con diabetes
No existe una dieta universal para todos los pacientes diabéticos. La dieta debe individualizarse en función de si se debe o no perder peso, si se recibe o no tratamiento con
antidiabéticos orales o con insulina, si existe daño del riñón o de si existen otros factores de riesgo cardiovascular asociados, como hipertensión arterial, colesterol alto, o triglicéridos elevados.
Existen varios patrones de dieta aceptables, como la dieta de tipo mediterráneo, una dieta baja en hidratos de carbono, una dieta vegetariana, etc.
La dieta en los pacientes diabéticos está fundamentalmente dirigida a 3 aspectos:
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Alcanzar un peso adecuado.
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Evitar una complicación cardiovascular.
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Mejorar el control del azúcar.
Reducción de peso en pacientes con diabetes
La mayoría de pacientes con
diabetes mellitus tipo 2 tienen un peso por encima del deseable, por lo que es conveniente que lo reduzcan. La reducción del peso permite:
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Mejorar el control del azúcar. A diferencia de lo que mucha gente cree, el factor no farmacológico que más se asocia con un buen control de la glucemia (del azúcar) es la reducción del peso. Es incluso más importante que el consumo de una dieta más o menos rica en hidratos de carbono (en azúcar).
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Mejorar el control de otros factores de riesgo cardiovascular. La reducción de peso permite reducir la presión arterial, frecuentemente elevada en estos pacientes, la concentración de colesterol, la concentración de triglicéridos y puede elevar el colesterol-HDL (colesterol bueno).
Todo paciente diabético debe intentar perder peso y acercar su índice de masa corporal a 25 kg/m2. Sin embargo, si no se puede llegar a esta pérdida de peso, incluso reducciones pequeñas pueden mejorar significativamente el control de la glucosa y de los distintos factores de riesgo cardiovascular.
Para perder peso, además de mantener una vida activa y realizar ejercicio, se precisa realizar una
dieta baja en calorías. Las calorías se encuentran en todos los alimentos. En general se deben reducir las calorías procedentes del consumo de cualquier tipo de grasa, fundamentalmente las de origen animal, y de los azúcares simples.
Una manera de reducir peso es calcular el gasto de energía diario de la persona que necesita perder peso y hacer una dieta con 500 o 1000 calorías menos al día (ver obesidad). En general, asumiendo que el gasto calórico medio de una persona es de 2500 calorías, para reducir el peso se suelen recomendar dietas de entre 1500 y 2000 calorías.
Hay que saber que
algunos medicamentos para la diabetes pueden aumentar el peso, fundamentalmente la insulina, pero también algunos antidiabéticos orales.
Evitar una complicación cardiovascular
La primera causa de muerte en los pacientes con diabetes es la enfermedad cardiovascular, es decir, el infarto y el ictus, principalmente. Para reducir el riesgo de estas complicaciones, además de controlar adecuadamente los factores de riesgo cardiovascular, se recomienda seguir una
dieta pobre en grasas saturadas y en colesterol. Es más importante la calidad que la cantidad de la grasa que se come. Mientras que las grasas y aceites vegetales pueden comerse con la limitación de no tomarlas en exceso para no engordar, las grasas saturadas deben limitarse al máximo. Las grasas saturadas se encuentran en la grasa de la carne, la piel de las aves, en la leche y los derivados lácteos (quesos, nata, yogures no desnatados, mantequilla, etc.) y en numerosos productos de repostería hechos con grasa animal (manteca de cerdo) o con grasa vegetal perjudicial (aceite de coco y aceite de palma). No se recomienda tampoco el consumo de ácidos grasos “trans”, presentes en margarinas, algunas salsas y en repostería. Para más información ver “dieta para bajar el colesterol”. Si bien el aceite de oliva y otros aceites de semillas no son perjudiciales, tienen un contenido calórico enorme, por lo que deben limitarse en cualquier diabético con sobrepeso.
El colesterol se encuentra en la grasa de la carne y en las yemas de los huevos. El colesterol presente en los mariscos no eleva apreciablemente su concentración en sangre.
Mejorar el control del azúcar en diabéticos
Para mantener un buen control del azúcar es importante que el consumo de calorías sea más o menos similar cada día y que se distribuya de forma similar a lo largo del día, sobre todo si se está en tratamiento con algunos antidiabéticos orales o con insulina de acción prolongada. Dado que la medicación se ajusta para mantener unos niveles de glucosa en el límite normal, si algún día el paciente come poco o nada a alguna determinada hora y se ha tomado o pinchado la misma cantidad de medicación, puede que el azúcar baje en exceso y aparezca una
hipoglucemia (bajada de azúcar), una de las complicaciones más graves de una diabetes si no es detectada a tiempo. En las personas que se pinchan insulina de acción corta, la insulina que se tienen que pinchar puede ajustarse a la cantidad de comida que se vaya a ingerir, por lo que en estos pacientes no es tan importante que coman lo mismo todos los días. En realidad, más que las calorías totales, son las calorías provenientes de los hidratos de carbono las que tienen un mayor impacto sobre los niveles de azúcar. Por ello, debe tomarse un número similar de calorías procedentes de hidratos de carbono en cada comida, todos los días. Esto es especialmente importante en las personas con
diabetes mellitus tipo 1 y en las que no tienen sobrepeso.
Los pacientes diabéticos deben limitar la cantidad de azúcares simples de la dieta, aunque no los tienen prohibidos. Entre ellos se incluye el azúcar como tal, las bebidas con azúcar (refrescos o zumos de bote), los productos de bollería, galletas, tartas, pasteles, mermelada, miel, chucherías, caramelos, chocolates, vino dulce, etc. La fruta, los zumos de fruta y las compotas tienen habitualmente azúcar, por lo que también se debe limitar su consumo. Los hidratos de carbono complejos procedentes de la fruta, verdura, cereales y legumbres, están permitidos, sin embargo se desconoce la cantidad adecuada de hidratos de carbono que se deben de comer.
El consumo de grasa enlentece la absorción del azúcar de la comida. Esto puede hacer que si se ingiere una comida muy rica en grasa, tras inyectarse insulina rápida, el azúcar no se absorba al principio (y pueda bajar mucho en sangre) y posteriormente pueda elevarse en exceso.
Otras recomendaciones
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Las proteínas son necesarias para el organismo. Se encuentran en la clara del huevo, la carne y el pescado. Debe reducirse su consumo en pacientes con pérdida de proteínas por orina (proteinuria).
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Los alimentos ricos en fibra reducen la absorción intestinal de azúcar y de colesterol, aumentan la sensación de saciedad y reducen el estreñimiento, por lo que deben ser recomendados en todos los diabéticos (ver dieta rica en fibra). Dentro de los alimentos ricos en fibra se encuentran los cereales integrales, el pan integral, las frutas con piel, algunos vegetales, como los espárragos, y algunas legumbres.
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Se debe consumir una cantidad moderada de sal, sobre todo en personas con hipertensión arterial.
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Debe evitarse el consumo importante de alcohol, sobre todo en pacientes con sobrepeso y en aquellos con triglicéridos elevados. Sin embargo el consumo ocasional y moderado no tiene porqué alterar la glucosa en sangre ni aumentar significativamente el peso.
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No existe ningún estudio que avale el consumo de suplementos vitamínicos, antioxidantes ni minerales en estos pacientes.
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Se pueden tomar edulcorantes artificiales (sacarina, ciclamato y aspartamo) con moderación. Los edulcorantes basados en sorbitol, lactilol, xilitol y manitol elevan levemente el azúcar. Consumidos en exceso pueden producir gases y diarrea.
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Los productos etiquetados como “sin azúcar” pueden contener un número importante de calorías, por lo que debe leerse la informaci&o
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Sobre las recomendaciones generales comentadas, puede haber recomendaciones más concretas sobre la dieta en función de la presencia de diversos factores de riesgo (colesterol elevado, hipertrigliceridemia, hipertensión arterial), o según la presencia de otras enfermedades (insuficiencia renal, pérdida de proteínas por la orina).
Actividad física en pacientes con diabetes mellitus
Los pacientes con diabetes deben mantener una
actividad física regular, realizando al menos 30 minutos diarios de ejercicio físico, siempre que sea posible. El ejercicio debe ser preferentemente aeróbico aunque también se recomienda ejercicio de resistencia. La realización de ejercicio mejora el control de azúcar, ayuda a reducir la cantidad de grasa y a aumentar la masa muscular de los pacientes y mejora el perfil de riesgo cardiovascular. No es conveniente que comiencen a realizar de forma brusca actividades que puedan poner en peligro su corazón, por lo que cualquier incremento importante en su actividad debe de ser supervisado por un médico. Cualquier paciente con diabetes que vaya a iniciar una actividad física importante, y debido a la frecuencia de enfermedad vascular en esta población, debería someterse a una ergometría si:
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Tiene más de 35 años.
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Tiene una diabetes tipo 2 de más de 10 años de duración.
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Tiene enfermedad arterial periférica.
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Tiene nefropatía, neuropatía o retinopatía diabéticas.
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Tiene otros factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, colesterol elevado, es fumador, etc.).
La presencia de retinopatía diabética no tratada es una contraindicación para la realización de ejercicio físico intenso.
Los pacientes en tratamiento con insulina deben controlarse el azúcar en sangre antes y después del ejercicio. Si el ejercicio es intenso y prolongado, puede ser necesario controlarse el azúcar incluso durante su realización. Si baja demasiado es necesario tomar algún alimento o directamente azúcar.
Es posible que si se va a realizar un ejercicio importante deba reducirse la cantidad de insulina a inyectar. Sin embargo, esto no suele ser preciso si se está en tratamiento con antidiabéticos orales.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.