¿Qué es la dermatitis?
La
dermatitis hace referencia de manera generalizada a las afecciones que causan
inflamación de la piel. Es una enfermedad que no causa daños graves al organismo y tampoco es contagiosa. Además, los facultativos destacan que tenerla no significa que la piel esté sucia o infectada. Dentro de esta patología hay varios tipos, los más comunes son:
Síntomas de la dermatitis
La dermatitis provoca diversos
síntomas en las personas afectadas. Entre ellos están:
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Escala.
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Enrojecimiento.
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Hinchazón.
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Prurito.
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Formación de costas.
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Supuración.
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Ampollas.
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Engrosamiento de la piel o liquenificación.
Cómo diagnósticar la dermatitis
La dermatitis, independientemente del tipo, puede complicarse por una
infección. Para su diagnóstico es necesario consultar a un médico, que tendrá en cuenta los síntomas, el aspecto y la localización de la erupción en el paciente. Los especialistas precisarán si la persona ha estado en contacto con una sustancia irritante, si se trata de una alergia o si es una infección. Realizarán un
análisis de piel y/o sangre, tomando muestras y enviándolas al laboratorio. Si es necesario, también se hará una
biopsia.
Tratamiento de la dermatitis
El
tratamiento de la dermatitis depende de la causa que ha provocado la inflamación y sus síntomas. Los remedios más comunes son:
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Usar cremas hidratantes y apósitos.
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Antihistamínicos.
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Cremas inmunosupresores.
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Corticoesteroides.
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Antibióticos.
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Fármacos o inyecciones inmunosupresores sistémicos.
Luz ultravioleta para tratar la dermatitis
La
luz ultravioleta (UV) también es eficaz para combatir la dermatitis. Este tipo de tratamiento se conoce como fototerapia y es más habitual en los casos de psoriasis y dermatitis atópica. Tiene efectos sobre las células cutáneas: pueden modificar sus cantidades y tipos de sustancias químicas, así como eliminar las células que provocan las enfermedades de la piel.
La fototerapia se realiza en consultas médicos o centros especializados. En ocasiones esta se combina con
psoraleno. Los efectos secundarios son dolor y enrojecimiento, parecido a los que producen las quemaduras solares tras demasiada exposición solar. Los rayos UV aumenta el riesgo de cáncer de piel a largo plazo, pero este se reduce si las sesiones son breves. Por su parte, los psoralenos provocan frecuentemente náuses y sensibilidad extrema a la luz del sol.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.