Clásicamente se habla de
aborto recurrente cuando una mujer tiene
3 o más abortos espontáneos seguidos antes de las 20 semanas de gestación. Sin embargo, en la práctica, se considera que con dos abortos seguidos la pareja debe ser evaluada.
¿Cómo se clasifica el aborto recurrente?
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Primario. Cuando todos los embarazos han terminado en aborto.
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Secundario. Si la madre ha tenido algún hijo antes de los abortos recurrentes.
Causas de varios abortos espontáneos seguidos
Aunque en la mayor parte de los casos se desconoce la causa, los abortos recurrentes pueden deberse a:
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Defectos de implantación del óvulo ya fecundado en el útero.
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Anomalías cromosómicas del feto. En la mayor parte de los casos las anomalías cromosómicas ocurren por casualidad. Sin embargo, en algunos casos suceden porque el padre o la madre tienen algún problema en los cromosomas. También ocurren con mayor frecuencia cuando aumenta la edad materna.
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Alteraciones en la forma del útero como la incompetencia del cuello del útero, anomalías congénitas del útero, adherencias (cicatrices) en la cavidad uterina, miomas, pólipos, etc. En estos casos, los abortos se producen por una disminución de la capacidad del útero para adaptarse al embarazo, por una incompetencia asociada del cuello del útero o por una vascularización (llegada de sangre) o inervación anormal.
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Enfermedades autoinmunes de la madre. En las enfermedades autoinmunes, las defensas que tiene el organismo para luchar contra las infecciones atacan también a tejidos sanos como pudiera ser el feto. En los embarazos recurrentes siempre debe destacarse la relación con el Síndrome antifosfolípido.
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Otras enfermedades de la madre como son la diabetes, las enfermedades del tiroides, la endometriosis, las alteraciones en la coagulación de la sangre o los problemas hormonales (insuficiencia de la fase lútea, ovario poliquístico, etc.).
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Infecciones. Son causas raras de abortos de repetición; los agentes infecciosos que más se asocian a esta complicación son Mycoplasma hominis, Ureaplasma urealyticum y Listeria monocytogenes entre otros.
¿Cuáles son los factores de riesgo para tener abortos de repetición?
Los abortos de repetición se observan más:
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Si existe exposición al tabaco y a otros tóxicos ambientales (alcohol, cafeína, metales pesados, radiaciones).
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Si existe obesidad materna.
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En mujeres de edad más avanzada. En las mujeres mayores de 40 años, más de la tercera parte de sus embarazos termina en aborto espontáneo y la mayoría de estos embriones tienen un número anormal de cromosomas.
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En relación con la historia reproductiva de la mujer.
¿Cómo se averigua la causa de los abortos espontáneos recurrentes?
Para saber la causa de los abortos espontáneos recurrentes se debe realizar:
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Una historia obstétrica detallada, donde también se considere la historia familiar de abortos.
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Un examen físico completo.
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Pruebas destinadas a detectar los factores más frecuentemente involucrados en esta patología (anatómicos, cromosómicos, inmunológicos, endocrinológicos y de coagulación).
En función de cada caso particular puede ser necesario pedir más pruebas.
¿Cuál es el tratamiento del aborto de repetición?
Si el estudio realizado identifica una causa tratable (con medicinas o con cirugía) que justifique la recurrencia de abortos espontáneos, esta debe ser tratada para aumentar las probabilidades de llegar a tener un embarazo exitoso.
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En los defectos uterinos, el tratamiento consiste principalmente en la extirpación de adherencias, miomas y pólipos.
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En el caso de la incompetencia del cuello del útero, en algunos casos se puede intentar una pequeña intervención quirúrgica (cerclaje) consistente en dar un punto de sutura en el cuello del útero para evitar que pueda dilatarse. El punto se retira en las últimas semanas de gestación.
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Si se encuentra alguna alteración hormonal, esta debe ser tratada antes de que la mujer quede embarazada de nuevo.
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Los defectos cromosómicos no tienen tratamiento. Debido a la alta probabilidad de abortos en los siguientes embarazos, se debe realizar consejo genético, recomendando el empleo de donante de óvulos o de esperma o la adopción.
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Las mujeres con Síndrome antifosfolípido deben ser tratadas con heparina, aspirina o ambas durante el embarazo para prevenir la pérdida del mismo.
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En los casos en los que no se encuentra una causa, el tratamiento debe estar basado en la experiencia. Los progestágenos (progesterona) parecen ser de ayuda. Por el contrario no se ha demostrado el beneficio de mantener reposo en cama ni de la abstinencia de relaciones sexuales. Es dudosa la eficacia de relajantes uterinos, hCG (gonadotropina coriónica u hormona del embarazo), inmunoterapia y vitaminas.
¿Pueden prevenirse los abortos seguidos?
Los abortos espontáneos recurrentes
no pueden ser prevenidos. Conviene evitar el tabaco, el alcohol y la cafeína. Es recomendable llevar una vida sana y mantenerse en un peso adecuado.
¿Cuál es el pronóstico de los abortos espontáneos recurrentes?
Tres cuartas partes de las mujeres que sufren abortos espontáneos recurrentes
llegan a tener embarazos normales sin requerir ningún tipo de tratamiento. No deben emplearse tratamientos cuya eficacia no se haya podido demostrar, y siempre se debe considerar el estudio genético de la pareja y del producto de la concepción por los hallazgos cada vez más frecuentes de alteraciones genéticas en abortos recurrentes.
Se debe avisar al ginecólogo cuando se esté intentando buscar un embarazo y cuando este se produzca. El médico puede considerar necesaria la administración de hormonas u otros tratamientos, y el seguimiento debería ser más cercano para conseguir un embarazo exitoso.
Los abortos espontáneos recurrentes pueden suponer una situación muy dura para la madre, generando ansiedad y/o depresión. Es recomendable mantener un lazo de confianza con el médico y puede resultar beneficioso asistir a terapias de grupo de personas que estén en la misma situación.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.