Un rotundo editorial de El País descubre este viernes una realidad de consecuencias graves: el uso de antibióticos en granjas y piscifactorías para
favorecer el crecimiento de los animales y aumentar la producción.
Hace años que la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de la proliferación de resistencias bacterianas debido al abuso del remedio, que se desarrolló a gran escala en los años 30 del siglo XX y va camino de
quedarse sin efecto terapéutico.
Pero es menos conocido el dato que revela el escrito de opinión del diario: España se sitúa
entre los primeros países que abusa de los antimicrobianos no solo para tratar patologías del hombre, sino también para prevenir enfermedades en el ámbito de la ganadería, un uso profiláctico que está prohibido por ley de forma expresa.
Por eso adquiere especial relevancia su denuncia en el medio, que debería movilizar a las autoridades sanitarias para investigarlo y tomar medidas consecuentes sin demora. De hecho, si no lo han hecho hasta la fecha tal vez revele su
falta de conciencia del problema de fondo –que los antibióticos dejen de ser eficaces– a pesar de la evidencia científica.