Por todos es conocido el alto coste que suponen para los servicios de salud las terapias frente a los diversos tipos de cáncer. Esto puede provocar que los gobiernos desechen ciertos tratamientos por su elevado precio a pesar de que pueda ser la mejor opción para un buen número de pacientes. Esta situación abre una nueva brecha en el acceso a determinados medicamentos en función de dónde residas.
Así lo pone de manifiesto un estudio publicado en The Lancet Oncology, del que se hace eco El Mundo. En él se destaca que la diferencia en el precio de los medicamentos oncológicos en Europa puede alcanzar hasta el 300 por ciento. Así, Alemania, Suecia o Suiza lideran el ranking de los países que más pagan, mientras que España, Italia, Grecia y Reino Unido, se encuentran en el polo opuesto siendo los que menor desembolso hacen por adquirir estas terapias. Las diferencias de precio entre los países que más y menos pagan por los tratamientos oscilan entre el 28 por ciento (en el caso del fármaco en el que la brecha es más pequeña) hasta un 388 por ciento en el de mayor diferencia, señala la información.
Las causas de que en España el precio sea menor son bien distintas si se miran desde el lado de la industria farmacéutica, o si se hace desde el punto de vista de la Administración. Según esta última, España puede presumir de saber ‘pelear’ buenos y más reducidos precios; sin embargo, la patronal de la industria farmacéutica, Farmaindustria, atribuye esos precios menores a los recortes presupuestarios que ha sufrido el sector los últimos años. Se mire como se mire, lo cierto es que esta heterogeneidad vuelve a sembrar la diferencia en el acceso y el tratamiento entre los pacientes de los distintos países europeos.