Este lunes el diario El País publica una entrevista a Victoria Castel, coordinadora de ensayos clínicos sobre cáncer, realizada por Jaime Prats, titulada “En oncología infantil somos muy optimistas”. A lo largo de la información desgrana que en algunos tumores se ha progresado a gran velocidad, como en las leucemias linfoblásticas (con tasas de supervivencia de más del 80 por ciento) o el linfoma de Hodking (de más del 90 por ciento). Pero hay otros, como los neuroblastomas (menos del 70 por ciento) o meduloblastomas (65 por ciento) mucho más difíciles de combatir.
Castel destaca que una de las claves reside en mejorar el arsenal terapéutico actual. No solo para aumentar la expectativa de vida de los niños, sino también para reducir los efectos secundarios que pueden provocar la aparición de enfermedades crónicas (como por ejemplo insuficiencias cardiacas) “con diez o veinte años de antelación respecto a lo que es habitual en el resto de la población”, apunta.
Por su parte, El Mundo señala en su sección de Innovadores la existencia de una crema que acaba con las lesiones cutáneas de la radioterapia, como así titula una información Rubén Folgado, en la que incide en que la efectividad de los medicamentos ha mejorado sustancialmente en los últimos años pero los efectos secundarios siguen siendo un gran problema para los enfermos.
Por ello, subraya que el laboratorio Beacon Biomedicine, establecido en el Parque Científico de Madrid en Tres Cantos, ha creado la gama de cremas Tectum, unas lociones regenerativas y protectoras que acaban con los daños que la radioterapia produce en la piel. De esta manera, los oncólogos no se ven obligados a suspender los tratamientos por los efectos que tiene este tipo de radiación sobre la piel de los enfermos.