Mientras toda la comunidad científica busca una
vacuna efectiva contra el SARS-CoV-2, pocos tratan de entender las consecuencias a medio y largo plazo que puede provocar el virus a aquellos que han estado expuestos.
Las
secuelas del coronavirus se refieren a aquellos pacientes que han estado graves, en la mayoría de los casos han estado ingresados y en muchas ocasiones han tenido que permanecer en la UCI un tiempo. “La secuela es el daño que se ha producido en una parte del organismo y que puede prolongarse bastante tiempo o, incluso, durante toda la vida”, aclara el portavoz de la SEMG, Lorenzo Armenteros.
Muchos pacientes de la COVID presentan
síntomas leves o moderados durante meses y otros superan la patología, pero arrastran graves secuelas. En el “
Zoe Covid Symptom Study”, que actualmente está en marcha, se sugiere que en torno a 1 de cada 10 pacientes diagnosticados pueden permanecer sintomáticos más allá de 3 semanas, y algunos de ellos, en menor proporción, durante meses.
"Algunos pacientes con coronavirus pueden tener una caída de alrededor del 20 al 30 por ciento en la función pulmonar"
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Sabemos que una de las consecuencias más graves de la infección, la que finalmente desencadena las situaciones más críticas, es la
insuficiencia respiratoria. De hecho, algunos pacientes pueden tener una caída de alrededor del 20 al 30 por ciento en la función pulmonar, dice el director médico del Centro de Enfermedades Infecciosas del Hospital Princess Margaret de Hong Kong. En la misma línea se expresa Germán Peces Barba, vicepresidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) que recuerda la
afectación muscular en muchos pacientes que han sufrido COVID-19 y que puede derivar en la mencionada
disnea.
Lo estamos comprobando especialmente a través de nuestros pacientes respiratorios. Muchas de las personas que han estado en las
UCI por COVID-19 han desarrollado estas dolencias, e incluso un estrés postraumático tras ser dadas de alta. Es un hecho que la mayor parte de los estudios realizados sobre personas con enfermedades agudas o crónicas ha evidenciado que la presencia de
depresión clínica o subclínica puede aumentar el riesgo de empeorar el estado físico y/o mental de la persona, incrementar el riesgo de mortalidad, así como de hospitalizaciones de repetición.
Relación entre EPOC y Covid-19
En mi caso, relacionada directamente con l@s pacientes de la EPOC, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cuarta causa de muerte de España, con muchas comorbilidades asociadas… cardiovascular, diabetes, osteoporosis y …cada vez más, con la depresión. Pocos conocen la morbimortalidad asociada a esta patología y el grave deterioro de la calidad de vida de quienes la padecen, y que son el
grupo de riesgo más crítico y más vulnerable para contagiarse con la COVID-19.
En cuanto a la relación de
pacientes EPOC y COVID, aunque no hay aún datos concretos, que yo sepa, se habla de un 33% que sufrió estrés postraumático tras haber recibido el alta. Pero si, debido a la pandemia de coronavirus en todo el mundo, es probable que algunos pacientes con EPOC sean más susceptibles a la intensificación de los síntomas y trastornos de la enfermedad mental, como el
trastorno de angustia postraumática, el miedo, la ansiedad, la depresión y la vulnerabilidad a la ideación suicida. Incluso en circunstancias normales, aproximadamente
el 40% de los pacientes con EPOC experimentan síntomas depresivos clínicamente relevantes.
Al hilo de ello conviene recordar que, además de ser una posible secuela de la COVID-19,
la ansiedad y la depresión pueden señalar también la presencia del coronavirus. A esta conclusión han llegado unos investigadores de la Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos, que han descubierto que ambas dolencias psicológicas pueden ser síntomas del coronavirus. Los investigadores sugieren la posibilidad de que la angustia psicológica en forma de depresión o ansiedad pueda reflejar la penetración del nuevo coronavirus en el sistema nervioso central. (Fuente: Speth, MM, Singer ‐ Cornelius, T., Oberle, M., Gengler, I., Brockmeier, SJ y Sedaghat, AR (2020). Estado de ánimo, ansiedad y disfunción olfativa en COVID-19: ¿evidencia de afectación del sistema nervioso central?)
En definitiva, ¡necesitamos neumólog@s, enfermer@s, fisioterapeutas respiratorias…y much@s psicólog@s para poder abordar las
secuelas de la COVID-19!