En los últimos años, se ha debatido intensamente sobre un supuesto éxodo masivo de médicos y médicas españoles al extranjero. Con las cifras en la mano y en aras de la verdad y la crítica constructiva desde la profesión médica debemos de matizar esta percepción y señalar los verdaderos problemas que enfrentan nuestros profesionales de la salud. Si bien es cierto que algunos
médicos deciden trabajar fuera de España, algo más de un millar en cinco años, hablar de un
éxodo es una amplificación que desvía la atención de problemas más profundos y urgentes que deben ser abordados.
Si nos referimos a los datos que manejamos desde la
Organización Médica Colegial y que acabamos de publicar,
el número de médicos que solicitan certificados para trabajar en el extranjero ha aumentado ligeramente en los últimos años, pero esto no representa una fuga alarmante, puesto que, en los últimos cinco años, tan solo el 8 por ciento de quienes solicitaron este certificado finalmente se dieron de baja de la colegiación, conformando un total de 1685 facultativos. Aún así debemos de preguntarnos y cuestionarnos por qué
se van nuestros compañeros formados en nuestro país a desarrollar sus carreras y talento fuera de España.
Sin embargo, el foco de nuestra preocupación debe centrarse en las condiciones laborales de los médicos en España y por qué ya no les resulta atractivo nuestro
Sistema Nacional de Salud. Los problemas que enfrentamos son claros y palpables: exceso de carga laboral, bajos salarios en comparación con otros países europeos, contratos temporales y una
falta de recursos que afecta tanto a la calidad del servicio como a la motivación del personal médico.
"El foco de nuestra preocupación debe centrarse en las condiciones laborales de los médicos en España"
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Los médicos españoles, a menudo, trabajan en condiciones precarias que no corresponden a la importancia y la responsabilidad de su labor. Las jornadas laborales extensas y el estrés constante están llevando a muchos profesionales a reconsiderar su vocación. Este deterioro de las condiciones no solo afecta a los médicos,
sino que también repercute directamente en la calidad de la atención que reciben los pacientes.
Fidelización y cuidado
Ante este escenario, es imprescindible que adoptemos medidas para fidelizar y cuidar a nuestros médicos. Esto comienza con una mejora sustancial de las condiciones laborales.
Asegurar contratos estables, salarios justos y condiciones de trabajo dignas no solo es una cuestión de justicia laboral, sino una necesidad para mantener un sistema de salud robusto y eficiente que garantice la seguridad del paciente, la calidad asistencial y mantenga uno d ellos dos grandes ejes de la justicia social en nuestro país: la sanidad.
Además, es vital invertir en la formación continua y el desarrollo profesional de los médicos, así como crear oportunidades para que puedan seguir formándose y especializándose dentro de España para evitar que busquen estas oportunidades en el extranjero. El apoyo institucional y
los recursos adecuados para la investigación y la innovación también juegan un papel crucial en este aspecto.
Todas las administraciones de las que depende nuestro Sistema Nacional de Salud deben implementar políticas de retención que sean efectivas y atractivas. Aún no estamos enfrentando un éxodo masivo de médicos, pero las señales de alerta sobre el deterioro de las condiciones laborales son claras y preocupantes. Si no actuamos ahora para mejorar estas condiciones,
corremos el riesgo de perder talento valioso y comprometer la calidad de nuestro sistema de salud. Es nuestra responsabilidad, como representantes de la profesión médica, alzar la voz y exigir las mejoras necesarias. Los médicos son el pilar fundamental de la atención sanitaria y, por ende, es crucial que se sientan valorados, apoyados y motivados para seguir desempeñando su gran labor en España.
La salud de nuestra población depende directamente de la salud de nuestro sistema sanitario, y este, a su vez, depende de la salud y el bienestar de nuestros médicos. La última década ha fallado la planificación,
a lo que se ha sumado en devastador impacto de la pandemia por Covid-19. Es hora de pasar de la teoría a la práctica, es hora de contar con todo el talento que existe y se forma en nuestro país, es hora de frenar esa cifra, aún inferior a 500 profesionales que cada año deciden continuar o iniciar sus carreras en otro país,
es la hora de nuestro Sistema Nacional de Salud y de nuestros médicos y médicas.