Redacción. Madrid
Si le operan, no deje de ducharse pasados un par de días sin miedo a que se infecte la herida. Los médicos han puesto fin a la tradición de preservar los puntos de sutura posquirúrgica del contacto con el agua enjabonada tras demostrarse que no eleva el riesgo de infección y, además, mejora el estado de ánimo del paciente.
Hong-Shiee Lai,
uno de los autores
del estudio.
|
Así lo corrobora el trabajo llevado a cabo por investigadores del Hospital Nacional Universitario de Taiwan y que ha publicado con el cambio de año la edición electrónica de la revista
Annals of Surgery. En él se pone en duda la prudencia histórica del cirujano medio a la hora de prohibir a sus pacientes que mojen la herida operatoria hasta que no se eliminen sus puntos, lo que equivale a no pasar por la ducha durante varios días e incluso semanas.
En el estudio, se deja claro que cuando los cirujanos permitieron, al azar, a algunos pacientes sometidos a una operación de bajo riesgo relativo ducharse 48 horas después, mejoraba su estado de ánimo al tiempo que no aumentaba el riesgo de infecciones, en comparación con quienes no pasaron por la ducha.
En concreto, el trabajo incluyó a 444 pacientes que se habían sometido a una cirugía en la cara, el tiroides, el pulmón, las extremidades o de alguna hernia abdominal. En ninguno de los casos el motivo de la operación fue una infección, una inflamación o una herida causada por un objeto externo como un arma blanca, por lo que se consideraban de bajo riesgo. Asimismo, se excluyeron operaciones en zonas más complejas como el pecho o de tipo ginecológico.
La mitad de los participantes podían ducharse 48 horas después de las operaciones, mientras que el resto de ellos tuvo que esperar. Dos semanas después de la cirugía, cuatro pacientes en el grupo que se duchó y seis en el grupo que aún no lo habían hecho desarrolló algún tipo de infección en la cicatriz, causando enrojecimiento e inflamación, aunque los autores reconocen que la diferencia es tan pequeña que creen que puede deberse a algo casual.
Además, todos los pacientes refirieron niveles similares de dolor después de la cirugía, pero los que lograron ducharse estaban más satisfechos con la atención recibida.
Algunos defectos del estudio
Uno de los defectos del estudio es que los médicos sabían qué pacientes se ducharon y quienes no, lo que puede influir en sus cuidados. Además, no hay datos que permitan valorar el riesgo de infección a largo plazo, ya que sólo fueron seguidos durante dos semanas.
No obstante, Paul Dayton, de la Universidad de Des Moines y UnityPoint Salud en Iowa, que no participó en la investigación, reconoce que los datos son importantes como para “ayudar a convencer a más médicos para que los pacientes puedan ducharse tras operarse”. “A veces es difícil acabar con las tradiciones por falta de pruebas sólidas para apoyar el cambio, pero este trabajo ayudará a impulsarlos”, ha reconocido este experto.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.