Cada verano, miles de ciudadanos urbanitas cargan sus maletas en el coche y
viajan a zonas rurales a pasar unas
idílicas vacaciones que, en ocasiones, necesitan de una visita al
centro de salud del pueblo escogido, aumentando
la carga de los profesionales que trabajan en él. "Las zonas rurales así como las zonas de costa ven incrementada su población de manera significativa. Dada la
escasez de médicos de Atención Primaria, debido en gran parte a la masiva jubilación de profesionales, existe una gran dificultad para cubrir con personal todas estas áreas que presentan un aumento de demanda en la atención médica", explica
Santiago Taboada, médico rural y miembro del Grupo de Residentes y Jóvenes especialistas de la SEMG.
"Es por ello que algunas áreas
no ven reforzado el personal sanitario, otras sí cuentan con refuerzo de personal durante toda la jornada, y en otras ocasiones, el personal sanitario de refuerzo realiza su jornada laboral entre dos áreas, consultando media mañana en cada una de ellas, teniendo que
desplazarse a mitad de la mañana entre ambas área", detalla el especialista, consciente del abanico que se abre con
la llegada de nuevos vecinos: "En verano un porcentaje considerable de las consultas se debe a
procesos dermatológicos como
quemaduras, picaduras o infecciones. También prevalece la patología del área ORL (otitis, faringitis…), así como patología oftalmológica banal. Otras consultas frecuentes son las
infecciones urinarias y los procesos gastroentéricos", explica el joven médico.
TIEMPO EN CONSULTA
Santiago Taboada
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Uno de los mayores hándicaps es que, al cambiar de comunidad de residencia,
el acceso al historial del paciente se complica, así como a sus medicinas. "Uno de los aspectos que más tiempo consume de la consulta y por consiguiente más retraso provoca en la atención médica es
la renovación de medicación. Para muchas comunidades autónomas ya puede mecanizarse electrónicamente la renovación de tratamientos, mientras que en otras comunidades todavía hay que seguir utilizando el
talonario de recetas", ilustra el especialista, que insiste en a falta de profesionales: "En general los centros de salud cuentan con la
infraestructura y el material suficiente para el personal sanitario de refuerzo, en lo que hay más dificultad es en cubrir con profesionaes, debido a la
escasez en las plantillas, bien por jubilaciones, bien porque coincide con vacaciones de los propios sanitarios".
Antonio, que prefiere no mencionar su apellido, lleva doce años trabajando en distintos
centros de salud del León más rural, aquel que ve cómo, cada año, sus pueblos multiplican la población en verano mientras que sus
plantillas se quedan en números rojos. "Desde las vacaciones de Semana Santa, todos los años pasa lo mismo. Mejora el tiempo y la población demandante en la zona periférica de las grandes ciudades se multiplica de manera exponencial. Además son
gente pluripatológica, que viene con equipaje de medicamentos y problemas de salud que, en la mayoría de las ocasiones, ni siquiera conocemos porque
vienen indocumentados", denuncia el médico de área.
"Ocurre que en las vacaciones, con una plantilla que ya es escasa per se, a los
médicos de área, en febrero y marzo tenemos que andar exigiendo que nos den las horas que tenemos contratadas, y
llega julio y agosto y no damos abasto", añade Antonio, que se siente maltratado y no entiende cómo no se pone cierto orden: "En la plantilla del centro de salud solo hay un médico de área que soy yo. En otros centros, dependiendo del número de horas de guardias que haya que asumir, puede haber 2 ó 3. En febrero o marzo las guardias son asumidas por el equipo y el médico tiene que andar casi exigiendo que se cumplan sus 140 horas de contrato. Y llega el verano y, entre que se duplica en algunos centros el número de
médicos licenciados y se incrementa el nivel de demanda de urgencias, es difícil de cubrir".
MENOS PLANTILLA
"Siempre te falta alguien que está de vacaciones y para poder cogerlas tú, no veas, yo soy el último que elige.
En algunos casos es un escándalo, no eres el complemento de la plantilla, eres casi el personal de servicio del centro de salud.
Da pena hasta el trato personal que recibes, la verdad es que está muy denostado", lamenta el médico de área de León.
"Da pena hasta el trato personal que recibes, la verdad es que está muy denostado"
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Desde
el sindicato UGT de la provincia lamentan la situación en la que se quedan algunos profesionales de los municipios más pequeños. "
Castilla y León antes era una comunidad atractiva para los médicos, pero ahora en cuanto terminan la formación, salen corriendo", denuncia una representante, que añade: "
No tenemos casi médicos y la presión asistencial en una zona tan extensa como León... tenemos una
población rural muy envejecida y encima en verano, los pueblos se llenan".
PATOLOGÍAS
Antonio, con una amplia trayectoria, capea como puede la infinidad de patologías que se le presentan cada día. "Sobre todo,
descontroles de la tensión o glucemias que supone un viaje a una zona distinta a la de tu residencia habitual; hay gente que viene de la playa a Castilla y se le cambia todo, también a las
personas asmáticas o cardiópatas", añade el médico, que también se enfrenta a otros síntomas: "También hay mucha
gastroenteritis por el cambio de alimentación, que en pacientes jóvenes se sobrelleva pero en los patológicos, se puede complicar hasta tomar
tintes dramáticos".
Lo más complicado, para él, son los "
accidentes en piscinas o ríos" que se producen también en época estival. "A veces estos incidentes obligan a la
atención urgente de politraumatismos que son típicos de verano. Depende de la distancia que tengas a León, en este caso,
tienes centros de salud con Rayos y demás medios para hacer diagnósticos de primera mano, pero en otros tienes que ir corriendo al hospital porque no hay posibilidades y los medios son lo que son, muy justos".
EN DEFENSA DE LA SANIDAD RURAL
Ante esa carencia de medios materiales y humanos, habituales en zonas rurales y un verdadero problema en época estival, los profesionales sacan la vocación y la garra para llegar a todo. "Lo que sí tenemos son a
auténticos artistas del traslado, los de la ambulancia, que trabajan de lujo y son los que realmente nos sacan de los apuros", halaga Antonio a sus compañeros.
"
No solo somos invisibles, sino que además ni nos lo reconocen, es lo que tenemos que hacer. Es una
situación un poco compleja porque ni la propia administración conoce bien que el trabajo en las zonas rurales que ellos han calculado para una población estable, cuando ésta se multiplica de manera excepcional, pues se carga y responsabiliza a los médicos", lamenta Antonio, dolido por el trato que recibe: "Si encima te retrasas o, cuando llegas de una visita domiciliaria y tienes a 12 esperando,
es inceíble lo que nos dicen desde la sala de espera. No se reconoce que hay un solo médico en el centro".
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