Recreación del busto de San Isidro.
La Medicina Legal y Forense de España ha protagonizado el hito de recrear, más de 10 siglos después de su muerte, el rostro de San Isidro. Los trabajos han sido realizados por María Benito, Patricia Moya, Mónica Rascón e Isabel Angulo, de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), quienes han protagonizado un estudio antropológico y forense efectuado al cuerpo de san Isidro Labrador, patrón de la ciudad de Madrid y de los campesinos.
La investigación, que ha permitido realizar una inédita reproducción facial escultórica de su rostro, sugiere que el santo realizaba trabajos manuales y murió en torno al año 1130, como señala su bula de canonización, a una edad de entre 35 y 45 años. Un trabajo que ha permitido contrastar que “aunque hayan pasado 10 siglos desde su muerte, muchas enfermedades siguen siendo iguales”, según explica Patricia Moya a Redacción Médica.
“La gran diferencia está en el tratamiento de la enfermedad”, explica, ya que “ahora disponemos con herramientas que permiten tenemos un diagnóstico precoz y un tratamiento rápido”. No se ha discernido con claridad la causa de su muerte, y no se han encontrado en su cuerpo signos de violencia o traumatismos, pero sí se han evidenciado signos de enfermedad e infecciones en los huesos maxilares, con importantes abscesos y fístulas, que se apuntan como uno de los posibles motivos del fallecimiento.
Aportaciones a la Medicina
Este trabajo también ha supuesto aportaciones para la Medicina. En concreto, en el ámbito de la Medicina Preventiva, “afirma que la higiene bucodental sigue siendo muy importante, ya que de descuidarla se pueden generar infecciones que provoquen la muerte, como pasaba hace diez siglos”, explica Moya.
Para recrear el rostro y conocer mejor la vida de San Isidro, se ha realizado un ‘necrotac’, es decir, una prueba de TAC a, en este caso, una momia, ya que el cuerpo se encuentra momificado. “A la Medicina nos proporciona muchísima información sobre cómo evitar lesiones en el cuerpo”, indica.
Sin embargo, reconoce que el TAC aún “tiene algunas limitaciones”, ya que, a la hora de realizar el trabajo, no se ha podido trabajar con el cuerpo. No se podía manejar. De modo que no era posible realizar autopsias tradicionales. Sin embargo, el resultado de los escáneres, que han permitido su modelado en 3D, “es algo muy positivo para la investigación” en Medicina.
El cuerpo incorrupto del santo es custodiado en la Colegiata de San Isidro por La Real, Muy Ilustre y Primitiva Congregación de San Isidro de Naturales de Madrid, que fue la que planteó un estudio a fondo de la reliquia, de la que se tienen noticias desde el siglo XII.
Entre 167 y 186 centímetros de estatura
Así, las doctoras María Benito, Ana Patricia Moya, Mónica Rascón e Isabel Angulo han podido saber que san Isidro fue un varón con una estatura de entre 167 y 186 centímetros que murió a una edad de entre 35 y 45 años, desmintiendo la versión tradicional que atribuía al santo una edad de 90 años en el momento de su fallecimiento.
En este sentido, la investigadora sostiene que “la reconstrucción facial se viene haciendo en Medicina Forense desde hace mucho tiempo”. “Lo que hace falta en estos casos es tener el cráneo y a partir del cráneo se van colocando sobre el cráneo los músculos, siguiendo los espesores que habitualmente tienen las distintas partes de la cabeza, como los tejidos blandos”, sostiene.
Además, uno de los hallazgos más curiosos ha sido el de un objeto metálico con forma de moneda alojado en la garganta del santo. Aunque no se ha podido observar directamente, parece ser una moneda con la inscripción de la silueta de un león rampante enmarcado en un rombo. Según un estudio numismático, podría tratase de una blanca del rombo, del rey Enrique IV de Castilla, que presuntamente visitó la reliquia del santo en 1463.
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