Los especialistas Sandra Merino y Joan Albanell.
Poder ofrecer un
tratamiento más allá de la
medicina técnica en
pacientes oncológicos es una visión que poco a poco va consolidándose en diferentes hospitales de España. Los recientes avances científicos han corroborado el beneficio que llega a ejercer en los pacientes el
ejercicio terapéutico y el
yoga. El
Hospital del Mar y el
Hospital de Fuenlabrada ya ofrecen estas herramientas a los pacientes, permitiéndoles llevar mejor un proceso complicado como puede ser un cáncer.
El Hospital del Mar ofrecerá a lo largo de un año un programa para aplicar el
yoga en pacientes con cáncer, tal y como explica en
Redacción Médica Joan Albanell, jefe del Servicio de Oncología del centro catalán: “La
Sociedad Americana de Oncología Médica fue la primera en posicionarse a favor esta actividad, específicamente en pacientes con
cáncer de mama, tras evidenciar que se mejora la ansiedad, el estrés, se reducen los síntomas de
depresión y aumenta la
calidad de vida. El yoga debe ser una medida complementaria a la práctica médica habitual”.
Albanell defiende que la
evidencia clínica se está consolidando en este campo, además de contar con la
experiencia de las pacientes que atiende con cáncer de mama: “Existe un beneficio emocional, físico e incluso una
mejora del dolor. Además, existen estudios que demuestran mejoras incluso en la evolución de algún cáncer con la práctica de yoga, sobre todo en recaídas”.
No todos los pacientes logran beneficiarse del yoga
Pese a esta iniciativa, el oncólogo afirma que se trata de una herramienta que “complementa y ayuda al paciente, pero que
no siempre resulta eficaz. Más allá de ofrecer
quimioterapia,
radioterapia o
cirugía, debe empezar a existir la necesidad de ir más allá. También es cierto que no todos los pacientes se benefician del yoga y no todos quieren hacerlo”.
Cuidar el
estado mental de los pacientes oncológicos es el peldaño que Albanell espera alcanzar cuanto antes y llevarlo a la manera
más sistemática a pacientes y hospitales: “La capacidad de convivir con la enfermedad no es fácil, y sin restar importancia se debe educar el
cuerpo y la mente. Recibir técnicas de este tipo permite afrontar un cáncer con más herramientas y llevar mejor el proceso”.
Ejercicio terapéutico personalizados en pacientes oncológicos
El
Hospital de Fuenlabrada, por su parte, está planificando un
programa de ejercicio terapéutico (ET) para
dar continuidad al proyecto Innovahonco.
Sandra Merino, fisioterapeuta del centro, expone que el objetivo es que "cada individuo incluya en su día a día el ET, como una herramienta más para
ayudar a su recuperación y mejorar por tanto su calidad de vida, aportándoles tantos beneficios físicos como psicológicos. Según qué perfil de paciente nos encontremos, se tendrá que trabajar más la
educación y esa
conciencia de mejora que pueden lograr con el ET, basándose en la motivación y en hacer partícipe al paciente en todo momento en el
diseño de su plan, permitiéndole la elección de ejercicios para así buscar una mayor adhesión al entrenamiento, ya que tiene una duración prolongada en el tiempo”.
Ofrecer un
tratamiento individualizado en pacientes que han superado un proceso oncológico pero que pueden llegar a recaer es el propósito que la fisioterapia busca impulsar: “El ET debe ser individualizado, personalizado y debe estar controlado y supervisado. Para realizar el plan previamente debemos conocer en qué punto se encuentra el paciente en cuanto a salud,
condición física y aptitud para realizar ET, que se valora con una serie de test en consulta. Se tendrán en cuenta
factores condicionantes en el entrenamiento que puedan repercutir en la evolución o en la propia ejecución”.
El entrenamiento propuesto por la especialista se basaría en la combinación de
ejercicio aeróbico y de fuerza: “Trabajando estas modalidades, a una determinada
intensidad y frecuencia, los estudios más recientes revelan que hay una mejoría en ciertos síntomas o secuelas que sufre el individuo como consecuencia de los tratamientos a su proceso oncológico. Se puede empezar por una tipología de ejercicio que requiera
pequeños grupos musculares y progresando hacia una mayor globalidad, intensidad, velocidad o frecuencia, siempre teniendo en cuenta la tolerancia al ejercicio, así como la ejecución del mismo”.
Merino reconoce que este proyecto ha sido
promovido por los propios pacientes oncológicos del hospital, debido al interés generado en el ET: “La planificación será extensible a cualquier proceso oncológico indistintamente de su origen o localización y dirigida a aquellos pacientes que han superado el mismo”.
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