Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
El
suicidio sigue siendo una de las principales causas de fallecimientos en todo el mundo, según las últimas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se han publicado en
Suicide worldwide in 2019. En España continúa siendo la principal causa de muerte no natural. Por eso, la entidad ha propuesto cuatro estrategias para 'Vivir la vida'.
La OMS incide en que
cada año pierden la vida más personas por suicidio que por VIH, paludismo o cáncer de mama, o incluso por guerras y homicidios. En 2019, se suicidaron más de 700.000 personas, es decir una de cada 100 muertes, lo que he ha llevado a elaborar nuevas orientaciones para ayudar a los países a mejorar la prevención del suicidio y los cuidados conexos.
"No podemos–ni debemos– dejar relegado el suicidio", ha señalado
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud. "Cada uno es una tragedia. P
restar atención al suicidio es incluso más importante ahora, después de muchos meses inmersos en la pandemia del Covid-19 y cuando muchos de los factores de riesgo del suicidio –pérdida de empleo, apuros económicos y aislamiento social– siguen estando muy presentes. Las nuevas orientaciones que la OMS publica hoy ofrecen una vía clara para fomentar los esfuerzos de prevención del suicidio".
Entre los jóvenes de 15 a 29 años, el suicidio es la cuarta causa principal de muerte, por detrás de los traumatismos debidos al tránsito, la tuberculosis y la violencia interpersonal.
Las tasas varían entre países y regiones, y entre hombres y mujeres.
Se
suicidan más del doble de hombres que de mujeres (12,6 por 100.000 hombres frente a 5,4 por 100.000 mujeres). Las tasas de suicidio masculino son por lo general más altas en los países de ingreso alto (16,5 por 100.000). Las tasas más altas de suicidio femenino se registran en los países de ingreso mediano bajo (7,1 por 100.000).
Las tasas de suicidio en las Regiones de África (11,2 por 100 000), Europa (10,5 por 100.000) y Asia Sudoriental (10,2 por 100 000) de la OMS fueron superiores a la media mundial (9,0 por 100 000) en 2019. La tasa de suicidio más baja se registró en la Región del Mediterráneo Oriental (6,4 por 100.000).
En el caso concreto de España, en 2019 hubo 3.609 suicidios (7,7 por cada 100.000 habitantes). Fallecieron 986 mujeres y 2.623 hombres. Esto supuso un 3,7 por ciento más con respecto al 2018. Por edad, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el mayor número de fallecimientos se produjo en la franja de los 30 a los 39 años, seguida por la franja de 50 a 54 y de 45 a 49 años. El mayor número de defunciones se produjo en pueblos pequeños, de hasta 10.000 habitantes, y en las capitales, con 858 y 1165, respectivamente.
Cuatro estrategias 'LIVE LIFE - Vivir la vida'
A fin de apoyar a los países en sus esfuerzos, la OMS publica orientaciones integrales para aplicar el enfoque 'LIVE LIFE' de prevención del suicidio, centrado en cuatro estrategias:
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Limitar el acceso a los medios de suicidio, como plaguicidas muy peligrosos y armas de fuego;
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Formar a los medios de comunicación para que difundan de forma responsable noticias sobre suicidios;
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Fomentar entre los adolescentes las competencias socioemocionales para la vida; y
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Detectar tempranamente, evaluar, gestionar y hacer seguimiento de las personas con pensamientos y comportamientos suicidas.
Apoyo para adolescentes
La OMS hace especial hincapié en la adolescencia (de 10 a 19 años) por ser un
periodo crucial para la adquisición de competencias socioemocionales, especialmente teniendo en cuenta que la mitad de los trastornos de salud mental se manifiestan antes de los 14 años.
En esta guía 'LIVE LIFE' se alientan medidas como el
fomento de la salud mental y los programas de prevención del acoso, enlaces a servicios de apoyo y protocolos claros para las personas que trabajan en escuelas y universidades cuando se detecta el riesgo de suicidio.
Más formación para los profesionales sanitarios
También indican que la
detección temprana, evaluación, gestión y seguimiento se aplican a las personas que han intentado suicidarse o que se percibe que están en riesgo. Un intento de suicidio previo es uno de los factores de riesgo más importantes para un futuro suicidio.
"Los
trabajadores sanitarios deberían recibir formación específica para la detección temprana, evaluación, gestión y seguimiento. Los grupos de supervivientes o de personas que han perdido a un ser querido por suicidio pueden complementar el apoyo de los servicios de salud.
Asimismo, para la OMS también debería haber servicios de ayuda en casos de emergencia para prestar apoyo inmediato a personas en situación de sufrimiento agudo.
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