Las guardias son la parte más estresante para el trabajo de un MIR, por eso es necesario no descuidarse y estar atento de los descansos y las comidas. Pero,
¿qué es lo que comen los residentes para aguantar la noche en vela?
"En las guardias de Atención Primaria nos llevamos nosotros la comida así que suelo llevar
algo rico para la comida y algo más o menos sano para la cena", explica Ignacio Poblador, residente en un centro de salud de Vallecas, que también se lleva "
frutos secos o fruta" para picar entre horas.
Cuando hace guardias en el hospital, tambiés se lleva frutos secos para que le den energía y toma
"mucha agua para la tarde y la noche", para hidratarse: "Cuando la noche lo permite,
compartimos algunas chocolatinas de la máquina para llevarnos algo de dulce después de tantas horas", explica el residente, a quien le gustaría que las máquinas de vending de los hospitales predicaran con el ejemplo y tuvieran mayor variedad de productos: "S
e echa de menos alternativas de comida saludable en las máquinas del hospital. Agradeceríamos tener algo que no fueran patatas, galletas o chocolate".
Frutos secos y cafeína
A
Joaquín Puerma, malagueño y R4 de Endocrinología en el Hospital Universitario Fundación Alcorcón le preocupa especialmente esta cuestión: "
Como soy Endocrinólogo me tomo muy en serio el tema de la comida y creo que tengo la obligación de dar ejemplo con lo que pauto en la consulta", explica el joven, que piensa su menú con antelación: "La organización de comidas que tengo es semanal,
intento consumir todos los días un plato de verdura y/o un plato de ensalada. Compro legumbres y arroz integral, como acompañante de carnes blancas (pollo y pavo) y pescado de todo tipo (salmón y atún principalmente)".
Como Ignacio, muchas veces se libera de esa carga al comer en el propio centro y no tener que pensar el menú: "Tengo buena suerte de tener una cocina del hospital bastante apañada y
con un menú que deja opciones saludables y ricas. Últimamente intento elegir en el menú
alimentos frescos y pescados que me parecen mas dificiles de hacer en casa. Durante las guardias lo que si que hago es consumir una
cantidad bastante elevada de café y refrescos edulcorados con cafeína pero intento mantenerme alejado de los dulces o snack de la máquina".
Paella los fines de semana
Jesús Villegas, neumólogo, también aprovechaba la comodidad de poder acercarse a la cafetería de su hospital. "Comienzas oficialmente la guardia a las 15h, obviamente antes has hecho el turno de trabajo de ese día, de 08h a 15h. Aproximadamente a esa
"Se echa de menos alternativas de comida saludable en las máquinas del hospital"
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hora, por regla general se baja a comer a la cafetería, y
dicha comida es gratis para nosotros (los de guardia)", recuerda el joven, que añade: "Solía haber menú con 3 primeros y 3 segundos para elegir, bebida, pan y postre...todo a elegir entre varias opciones. Había siempre ensalada y los fines de semana paella o algo así más 'especial'".
Para la cena, explica Villegas, el menú era menos calórico. "También estaba incluida para nosotros con la misma configuración de menú, aquí solía haber algo más ligero. Aproximadamente a las nueve -en el mejor de los casos- se bajaba, ya que la cocina cerraba a las diez. Si estás muy ocupado en ese rango de tiempo,
o bien bajas raudo y veloz a por tu menú y te lo llevas a la planta para cenar cuando puedas o te quedas sin menú y te tienes que buscar la vida", explica.
Cuando se veía en esta situación siendo residente, recuerda Villegas, acudía con sus compañeras: "En el staff de Enfermería siempre suele haber cosas ricas (véase dulces, pasteles, galletas...que
en una guardia donde el cerebro consume azúcar a tope, pues viene muy bien. A la mañana siguiente -la guardia terminaba a las ocho y media-, el desayuno también estaba incluido, aunque en los dos últimos meses de mi residencia, la cafetería cambió de empresa y se dejó de incluir. Hasta entonces, podías elegir de todo, desde
pastas, pasteles, tostadas, cafés, tila, té... y un zumo de naranja natural que ellos te lo ponían igualmente. Se conocía como 'el chupito de la guardia', recuerda con cariño Jesús. Cuando trabajó en el Hospital de León, rememora, la comida era excelente, casera, "y con buena relación calidad-precio".
Tickets de los adjuntos
"En otros hospitales que he estado, como en el Clinic de Barcelona o el Reina Sofía de Córdoba hay más cafeterías, más variedad, pero en la guardia,
por regla general no se incluye la comida y te la tienes que pagar tú, existían algo así como tickets de cocina que si los entregabas, sí que no te costaba nada, pero eran 'difíciles' de conseguir si tus adjuntos no te los facilitaban", lamenta Jesús.
Beatriz Martín, enfermera, se decanta por un
Nestea y una barrita energéntica: "Suelo cenar en casa antes de salir, porque no sabes nunca a qué hora vas a poder hacerlo". Los hábitos los ha ido retocando con el tiempo: "Podría llevarme snacks, como patatas fritas o dulces, que es lo que más apetece; pero
en una semana con noches podría engordar mil kilos", bromea la joven.
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