Isidoro Rivera es un enamorado de Pontevedra, donde ejerce como Médico de Familia desde hace años.
Quizás lo primero que desprende
Isidoro Rivera a primera vista es que es un gallego muy gallego. Nacido en Ourense pero residente en Pontevedra, adora su tierra y disfruta cada día de la que es su profesión. El vocal de Pacientes de la
Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), descubrió la satisfacción laboral al ejercer de
médico de Familia rural en Mondariz (Pontevedra), donde el trato cercano con la gente variada de la localidad le enseñó que lo que él podía ofrecer era poco en comparación con el cariño, la atención y el valor que daban los pacientes a su médico.
Después de 12 años en la Junta Nacional de la Sociedad y tras volcarse en los pacientes, asegura que la
solución para los problemas de la Atención Primaria está en una mayor inversión, pero no cree que eso vaya a llegar antes de su jubilación. Mientras tanto, entre su consulta en Pontevedra, sus lecturas, sus sesiones de gimnasio y sus partidos en Balaídos para ver al
Celtiña de Vigo, analiza para LA REVISTA de
Redacción Médica su trayectoria personal y profesional.
Como presidente del Comité Organizador del Congreso de Pacientes Crónicos, ¿cómo es organizar un congreso así?
Es distinto a los habituales congresos médicos, porque tratas de coordinar y colaborar con la mayor parte de asociaciones de pacientes posibles que tienen a bien participar. No existe financiación de la industria médica, aunque sí hemos contado con el apoyo importante del Ayuntamiento y la Diputación de Pontevedra. Uno de los principales problemas era darlo a conocer y que los pacientes sepan que es un congreso dirigido a ellos, que tiene mucha importancia lo que nos puedan contar desde sus distintas asociaciones. Nosotros tratamos de tener siempre contacto con ellos para aprender, para poner en práctica lo que nos solicitan, para ver si somos capaces de darle respuesta a sus demandas, puesto que a veces necesitan un altavoz que las amplifique.
¿Se puede hablar de éxito entonces?
Bueno, queda todavía mucho por hacer y por mejorar, pero sí que nos hemos sentido satisfechos. Era el quinto que celebrábamos, esperemos que el sexto sea mejor, vayamos aprendiendo, sea mayor el número de comunicaciones de los pacientes, etc. Es un continuo de nuestra profesión, estar siempre con ellos, desde su infancia hasta el último momento. Este es el escenario donde se desarrolla la profesión del médico de Atención Primaria.
¿Tiene ya fecha y destino para el próximo?
Fecha no, pero será en mayo y en Córdoba, seguramente en las instalaciones del Hospital Princesa Sofía.
Rivera acude siempre que puede al estado de Balaídos para ver al Celta de Vigo, de quien se declara seguidor.
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¿Las asociaciones de pacientes se muestran predispuestas para este tipo de congresos?
Con la mayor parte de ellas ya tenemos un sistema de colaboración, pero hay muchas. Unas están federadas dentro del ámbito nacional o autonómico, otras no pero son singulares y también quieren participar, tenemos que contar con ellas.
¿Cómo se puede convencer a gestores y políticos de la necesidad de implementar las medidas de protección de cara a la cronicidad que se va instalando en la sociedad?
Creo que la autoridad, el político o gobernante, tienen que ver la sanidad no como un gasto, sino como una inversión. La sanidad siempre tiene retorno, es salario, sobre todo la sanidad pública, gratuita y universal. El salario es el que percibe el ciudadano. Desde ese punto de vista tienen que verlo, no como un gasto. Por eso nosotros estamos siempre diciendo que hay que aumentar la inversión en Atención Primaria, cosa que es desoída constantemente por la mayoría de los gobernantes. Dan más miedo algunos de determinados signos políticos y a veces parece que animan a tener que hacerse seguros médicos privados. Yo creo que la sanidad entendida como negocio no aporta mucho beneficio al ciudadano.
¿Qué hace a un médico como usted decidirse por Medicina de Familia al acabar la formación?
Quizás como todos, las circunstancias. Terminé la carrera hace muchos años y entonces comenzaba el sistema MIR. Tuve acceso a una plaza interina que me producía mucha satisfacción en una zona rural –Mondariz, un ayuntamiento singular donde los haya-. Se mezclaba gente que iba al balneario con quienes acudían desde Portugal, gente acostumbrada a usar las aguas minerales. Yo me sentía muy a gusto entre la población rural, dedicada a tareas del campo, con la que iba por las aguas, o gente que usaba los camiones para trasladar la producción a otras partes de España, más vivida, y aquello hacía que fuera un sitio semiurbano, a veces rural en su máxima expresión o incluso internacional. Atender a aquella gente producía mucha satisfacción y me fue animando a seguir esta profesión, aunque he hecho mis pinitos en gestión hospitalaria, que también me ha enriquecido. Fui el responsable de montar e inaugurar el Hospital de Monforte de Lemos en 1986, director médico del Hospital de Lugo y entre 1988 y 1989 fui gerente del Hospital de San Millán en Logroño y de todo lo referente a la atención especializada en La Rioja. Pero al final siempre me ha ido bien tratando a la gente de una manera más próxima.
¿Qué le diría a un médico recién graduado que no sabe por qué especialidad decantarse?
Yo animaría a los compañeros que terminan el Grado a que pensaran seriamente que tienen una magnífica profesión, con gran retorno, siempre. La mayoría de las veces el paciente da más de lo que solicita.
¿Quizás por aquella costumbre de regalar al médico del pueblo cuando llegan Navidades o fin de curso por ejemplo?
Sí sí… yo recuerdo un caso de una familia indigente que era ayudada económicamente por gente del pueblo. Aquí es muy típica la matanza del cerdo, y mucha gente me obsequiaba con un trozo del raxo (lomo). A ellos les regalaban el lomo y a veces me lo venían a regalar a mí y yo lo rechazaba o trataba de rechazarlo, pero tenía que aceptarlo, aunque luego se lo devolviese anónimamente. La gente daba mucho más siempre. Solo con el cariño y atención que te dispensaban y el valor que le daban al médico, era más de lo que yo podía dar.
Isidoro Rivera junto a José Luis Llisterri, presidente de Semergen.
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¿Esto ha cambiado hoy?
Yo creo que no. Al final el médico de Atención Primaria está muy valorado por sus pacientes. Otra cosa es que los gobernantes no se crean que los médicos de AP podemos ser mucho más resolutivos si ellos nos dejan acceder a las pruebas diagnósticas, a las pruebas de laboratorio, nos dejan a veces incluso decidir a la hora de a quién mandar en caso de hacer una interconsulta, etc. Las cifras macro, las de los hospitales, a veces ciegan estas cifras micro. Compare una consulta de un hospital y váyase a un centro periférico en Galicia de AP y verá que estamos como hace 30 o 40 años yo creo, solo que tenemos acceso al móvil, y en algunos sitios hasta falta la cobertura.
¿Qué medida propondría para solucionar los problemas de saturación de la Atención Primaria en España, principalmente en verano?
Que se invierta en AP, que al médico le dejen tener acceso a pruebas diagnósticas, a solicitar determinadas analíticas, por qué no, poner en todos los PAC puntos de telerradiología que facilitaría mucho las cosas. Poner minilaboratorios de química seca para hacer unas cuantas determinaciones que a veces impedirían que tuviera que hacerse un traslado a las Urgencias hospitalarias. Que se invierta, en definitiva.
Tanto el médico como el futuro médico de AP no rechazaría hacer la especialidad y cambiarla por otra puramente hospitalaria. Seguramente las listas de espera, por lo menos de consultas, se reducirían notablemente –en hospitales, me refiero, aunque en Centros de Salud también, pero para eso hay que contratas más médicos de AP-. Hay muchos médicos en Galicia que yo conozco que han terminado su especialidad en Medicina de Familia y Comunitaria y están trabajando en el extranjero –Portugal, Suecia, Brasil-, que estaban cansados de hacer más contratos de trabajo que horas de dedicación a su profesión y han optado por irse.
"No me atrevo con el gallego en consulta por el mal uso que pueda hacer de él, pero sí hago mucho chascarrillo"
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¿Qué le hizo decantarse por Semergen como Sociedad?
Fue la primera. Empezó a llamarse Semer, Sociedad de Medicina Rural, cuando yo empecé en 1978 y estaba en Mondariz. Unos pioneros sobre todo en la zona de Valencia empezaron a crear una sociedad de Medicina rural y dije ‘hombre, qué buena idea, esto permite intercambiar conocimientos, aprovechar el de otras personas mejor preparadas que yo’, y me apunté. Cuando te hacías socio te mandaba el presidente en un sobre otro sobre para que se lo devolvieras firmado con el número de cuenta donde girarte la cuota. Desde entonces llevo participando y perteneciendo a Semergen, le debo la mayor parte de mi formación. Me siento muy cómodo y muy contento de ser un socio.
¿Cuándo tiene pensado jubilarse?
La edad la cumplo el año que viene, en 2018. Si la salud me sigue acompañando a lo mejor pediré la prórroga…
¿Seguirá en la Junta Directiva?
Pues yo creo que no, ya llevo muchos años… Si termino este periodo serán doce años en la Junta Nacional. Yo ocupo un puesto menos destacado, no por ello estoy menos ilusionado, pero tienen que venir nuevos compañeros. Cada vez crecemos más, creo que ya rebasamos los 7.000 socios y me siento encantado de seguir perteneciendo, pero estos derroteros los tiene que llevar otra gente. Me siento feliz de haber pertenecido a la Junta Nacional presidida por José Luis Llisterri, que le ha dado un giro a la Sociedad; la ha situado a un nivel fantástico, tanto desde el punto de vista de la formación como de la investigación. Hemos abierto la vía del paciente, que era la que nos faltaba. Me siento halagado de haber sido miembro de la Junta.
El vocal de Pacientes de Semergen junto al consejero de Salud gallego, Jesús Vázquez Almuíña, en el último congreso de Semergen.
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¿Qué es más difícil, llevar las cuentas de la Sociedad o de su propia casa?
¡Las mías! Las de Semergen siempre han estado tremendamente saneadas y sometidas a auditoría y la Junta Directiva siempre mira con escrúpulo si da siempre el gasto. Su patrimonio no ha ido a menos y se han metido en nuevos proyectos con los pies en la tierra. Siempre ha encontrado financiación y ha resuelto el tema económico, en eso siempre ha sido modelo. Las cuentas de mi casa, pues uno tiene otras necesidades y no cuento con las facilidades de la financiación con la que puede contar Semergen. Por otro lado, me doy por satisfecho; no tengo muchos vicios, con lo cual vivo estupendamente y animo a la gente. Tengo tres hijos, los he criado, me siento orgulloso de ello, y todo con el sueldo de médico de Atención Primaria. Podría ser mejor, o que los meses se hicieran más cortos para que hubiesen durado más las cosas, pero tal y como estamos, no me puedo quejar.
¿Qué hace Isidoro Rivera en su día a día?
Asisto a la consulta en Pontevedra en el Centro de Salud Virgen Peregrina de 8 a 15 horas, suelo comer en casa y por la tarde después de descansar un rato, leo. Dos o tres veces por semana acudo al gimnasio a hacer bicicleta –soy una persona obesa y al menos me mantengo un poquito en forma-. Descanso, veo la televisión, me gusta mucho la lectura, el fútbol… soy socio del Celta de Vigo y acudo cuando me es posible a Balaídos a disfrutar del Celtiña. Estoy con mi familia, me gusta mucho la naturaleza, el mar… tengo unos amigos que tienen barco y a veces me dejan que vaya con ellos de proel –quien hace de patrón en ausencia de éste y se encarga de atracar y desatracar en los muelles- y a pescar. Vivo en una ciudad magnífica que dentro de poco será ciudad declarada saludable por la OMS, donde tenemos una ría, un río… también me gusta mucho la micología, hay buenos sitios donde recoger setas, y sitios magníficos como las Cervezas de la Barosa, unas cataratas de agua…
EN CORTO
Un libro
'El puente de Alcántara', de Fran Baer.
Una película
'La lengua de las mariposas', de José Luis Cuerda.
Una canción
'Mediterráneo', de Joan Manuel Serrat.
Una ciudad para vivir
Pontevedra.
Una ciudad para viajar
Ourense, una gran desconocida.
Un objeto imprescindible
El cepillo de dientes.
Un personaje de su vida
Salvador Allende.
Un personaje histórico
Leonardo da Vinci.
Un equipo de fútbol
Celta de Vigo.
Un lema
'Ei, carballeira!', un grito de ánimo muy gallego que sirve para muchas cosas.
Qué le hace feliz
Disfrutar la vida con familia y amigos, sentirme acompañado.
Entonces, ¿qué lugares de Pontevedra recomendaría?
Pues un atardecer por la Plaza de la Leña, la Plaza de la Verdura, la Plaza de la Serrería, son plazas singulares, con mucha piedra y terrazas magníficas para sentarse y disfrutar del frescor del atardecer y anochecer. Si fuera un pueblito recomendaría Bueu. Si tiene niños y son adolescentes, Vilagarcía de Arousa, un sitio muy llano con servicios como cine, un paseo marítimo para bicis y una playa que si le sacaran los cultivos excesivos que hay de bivalvos sería estupenda. También tenemos el Lago Castiñeiras en Portorredondo, magnífico y muy bien cuidado, y también hay montaña para subir y disfrutar.
¿Dónde se ve dentro de 10 años?
Aquí en Pontevedra, y espero poder seguir viendo desde mi casa la ría y a los piragüistas que no dejan ningún día de hacer ejercicio, llueva, truene o relampaguee –así tenemos los resultados que tenemos en los Juegos olímpicos y los campeonatos de piragüismo como con David Cal o Javier Gómez Noia.
¿Qué tal se lleva con las nuevas tecnologías y las redes sociales?
Pues regular. Hago esfuerzos por moverme en Twitter pero me cuesta trabajo, aunque sé de la importancia que tienen. Nosotros siempre tenemos un taller o algo así destinado a eso para los que somos más torpes poder utilizarlas. Creo que es un instrumento tanto para el médico como para el paciente de gran valor.
¿Cómo de feliz le hizo el grupo Nueva Democracia en su juventud?
Yo soy de Ourense y este grupo era de allí, de unos amigos míos. Creo que fue el primer disco que grabaron un grupo musical en Ourense, les llevaron a televisión en algunas ocasiones, estábamos abriéndonos un poco al mundo de la televisión, la música, y me sorprendió sobremanera, y encima de gente que yo conocía, que apreciaba y que aprecio mucho. Después vinieron Los Suaves, que también conozco a alguno de ellos. Entonces era un comienzo y aquellas canciones traen añoranza. La música siempre evoca y me evoca una gran felicidad.
¿Qué disco pondría hoy en casa?
Mediterráneo, de Serrat. Es una persona que me conquistó. Recuerdo que con esta canción yo estaba iniciando mi carrera de Medicina, me acompañaba mucho en los descansos mientras estudiaba, me aprendí sus canciones. Tuve ocasión de verlo hace poco, en 2007 que estuvo en Coruña en un recital y acudí con mi mujer. Fue apoteósico, todo el Palacio de la Música puesto en pie, aplaudiendo por espacio de media hora, fue para mí una satisfacción. Aparte del magnífico cantante y poeta, es una persona a imitar, sin mancha ni tachadura. Le estimo mucho y agradezco las enseñanzas y los buenos momentos que me ha hecho pasar.
¿Utiliza mucho el gallego en la consulta?
No, lo uso poco. Utilizo el castrapo, no soy muy normativo. Tengo un compañero que lo utiliza extraordinariamente bien, pero parte de mi familia no era gallega y yo no… Soy un gran defensor del gallego, leo cosas en esa lengua, recito algún poema en gallego y me encanta escuchar a mi compañero ‘Chano’, que lo usa siempre y parece que estuviera escuchando al hijo de Rosalía –de Castro-. Es una satisfacción. Yo es que no me atrevo, a veces por el mal uso que pueda hacer de él, aunque sí, mucho chascarrillo sí que hago.
Rivera ha ejercido desde hace años como Médico de Familia rural, donde ha aprendido a valorar el trato cercano con los pacientes.
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