“¡Madre mía,
se está desbordando el barranco del poyo!”. Este fue el mensaje que
Celia Martínez, enfermera, recibió de
una amiga de Paiporta diez minutos antes de que
la tragedia llegará a los pies de su edificio. “Me asomé al balcón y vi cómo un montón de agua mezclada con ramas y de color marrón
inundaba mi calle”, ha recordado. Como ella, miles de personas continúan luchando por recuperar lo que algún día fue su vida antes de que
la DANA devastara varios municipios valencianos. “
Mi entorno ha quedado destrozado y
algunos vecinos tienen que empezar de 0”, ha lamentado esta vecina
de Benetúser, uno de los pueblos más afectados por el fenómeno meteorológico.
Tras el ‘shock’ inicial,
llegó la oscuridad. Como si de una película de terror se tratase, las luces de las farolas se apagaron y solo se escuchaba el
sonido de las alarmas del coche, los
gritos de la gente y
el incesante ruido del agua bajando por su calle. “Yo estaba muy asustada”, ha reconocido a
Redacción Médica. De hecho, esta experiencia le ha
generado un miedo a la oscuridad del que no sabe si podrá recuperarse algún día.
Después de pasar una primera noche que jamás olvidará, al día siguiente se organizó junto a sus vecinos para hacer un reconocimiento de la zona y
empezar a limpiar los bajos a los que podían acceder. “Algunos incluso no se puede todavía porque hay coches estampados”, ha afirmado. Además de las labores de limpieza,
su formación como sanitaria también fue fundamental para poder atender a los heridos que iban apareciendo.
En este sentido y todavía sin dar crédito a lo que había ocurrido, Martínez andaba por su calle con
un botiquín ayudando a las personas que presentaban golpes y heridas. “Normalmente tenían cortes en manos y pies provocados por cristales, maderas o ramas, y utilizaba
clorhexidina, apósitos y Betadine para curales”, ha explicado.
La calle donde vive Celia Martínez tras siete días del paso de la DANA.
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Actuación sanitaria en un municipio afectado por la DANA
Ese primer día no será fácil de olvidar. En este sentido, esta enfermera subraya que se le pone la “piel de gallina” al recordar cómo los vecinos que iba a ver cómo habían quedado sus bajos se "desmayaban" al ser conscientes de su realidad. "Yo acompañaba a los profesionales del Ericam, pero estos me dijeron que
dejase de lado mi faceta sanitaria porque ya tenía bastante con lo que me había tocado, y que me fuese a ayudar a mi gente”, ha incidido.
De hecho, se tranquilizó y pudo centrarse más en ayudar a su familia, amigos y vecinos al ver que varios
voluntarios sanitarios de todas partes de España
no tardaron en llegar. “Había técnicos de ambulancias,
médicos, enfermeros…Cada vez venían más compañeros a ayudarnos”, ha resaltado.
El lodo provocado por la DANA, un peligro de salud pública
Tras una semana de tragedia, Martínez ha explicado que algunas calles están con menos barro gracias al esfuerzo de vecinos y voluntarios, pero los ‘trastos’ de las casas de aquellos que viven en las plantas bajas t
odavía están apilados en las aceras. “No os podéis imaginar
la cantidad de desechos que hay. En mi calle no han quitado todavía nada”, ha lamentado.
Precisamente esta situación está
generando lodo alrededor de los sofas, muebles o sillas 'tiradas' en las calles. Y eso
no es lo peor, también está apareciendo en las tiendas de alimentación o en
las propias carnicerías del barrio. “
Hay sitios que es un horror y huele a putrefacción”, ha reconocido. Esta situación, según añade Martínez, es un
claro peligro para la salud pública bastante importante por
las bacterias que se trasmiten.
Riesgos de salud pública tras la DANA
No es el único
riesgo para la salud pública que ha alertado esta sanitaria. El
agua contaminada y la
infinidad de animales muertos tras la DANA que se encuentran descomponiéndose en las calles son amenazas importantes que hay que tener en cuenta. "Estamos en una zona de mucho peligro de infecciones por bacterias", ha subrayado.
Por estos motivos, esta enfermera advierte de que es "muy importante" que los ciudadanos que estén con labores de limpieza vayan
protegidos con mascarillas, guantes de jardinero y botas, y, si alguien se hace una herida, que vaya inmediatamente a al puesto sanitario a que se la miren. "Necesitamos que vengan a retirar todos los materiales de las calles para que nosotros podamos seguir limpiando", ha aseverado.
Llegar al trabajo como enfermera tras la DANA, una 'misión imposible'
Martínez, quien trabaja como enfermera en el
Hospital de la Malvarrosa, es incapaz de volver a su puesto de trabajo porque sus dos vehículos están dentro de un garaje
completamente inundado. Aún así,
está deseando volver a la normalidad. “Espero que esto en un par de semanas se pueda habitar y que nos permitan entrar y salir del pueblo”, ha subrayado.
Para concluir, esta enfermera ha querido agradecer a todos los voluntarios que han ido a su municipio a suministrarles productos de primera necesidad y que han echado una mano en las labores de limpieza. “
Gracias a ellos hemos salido adelante y se han limpiado muchos bajos”, ha concluido.
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