La consejera de Salud de Navarra, Santos Indurain, se una el documento 'Lecciones del Covid-19'

"Es justo reconocer el enorme esfuerzo de los gestores durante la pandemia"
La consejera de Salud de Navarra, Santos Indurain,


27 mar. 2022 15:40H
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La consejera de Salud de Navarra, Santos Indurain, da a conocer su testimonio en la gestión de la pandemia en el documento 'Lecciones del Covid', impulsado por Redacción Médica, y completa así el relato de los consejeros de todas las comunidades autónomas. Indurain asegura que deberá ser una evaluación externa la que valore la gestión de la pandemia, pero también afirma que "es justo reconocer el enorme esfuerzo que responsables públicos, gestores y profesionales sanitarios hemos realizado". La consejera también manifiesta que el covid ha demostrado que el "ser humano es muy vulnerable y más frágil de lo que pensábamos" y en relación a la coordinación entre administraciones destaca que "cogobernanza ha sido un concepto clave y lleno de contenido".

¿Qué balance hace de la gestión de la pandemia del coronavirus Covid-19?

Resulta complicado realizar un balance sin tomar distancia en una doble perspectiva temporal y espacial. Creo que una evaluación externa es la que podrá arrojar una foto más exacta y objetiva de lo que hemos hecho. Aunque nos encontremos ya en otra fase diferente, la experiencia nos dice que hay que seguir atentos. Un ejercicio de autocrítica es bueno de cara a mejorar y aprender de cara al futuro, pero también es justo reconocer el enorme esfuerzo que responsables públicos, gestores y profesionales sanitarios hemos realizado. Llevamos dos años en los que tanto el sistema sanitario como el propio tejido social se han visto afectados de manera continua y profunda. Todo ese tiempo se ha tratado de gestionar los efectos causados por el coronavirus sin perder nunca de vista el resto de las necesidades. Se ha buscado siempre el equilibrio entre las distintas herramientas en la lucha contra el covid.

El covid nos ha dejado lecciones importantes en cuanto a tomar conciencia de que somos más frágiles de lo que pensábamos ante fenómenos como la globalización, la emergencia climática, las migraciones, el cambio climático… Un virus ha puesto en jaque a una sociedad internacional en pleno siglo XXI recordándonos que el ser humano sigue siendo muy vulnerable. En cuanto al sistema sanitario, ha demostrado una notable capacidad de adaptación y reacción.


"Cogobernanza ha sido un concepto clave y lleno de contenido en pandemia"



En líneas generales, se han intentado tomar las mejores de las opciones pese a la enorme incertidumbre en un ejercicio honesto y sin pensar en términos cortoplacistas ni de imagen, sino teniendo en cuenta en cada momento qué pensábamos que era mejor para el sistema sanitario y para la sociedad en su conjunto. Y acompañar esas decisiones con una comunicación lo más fiable y en clave de servicio de información acompañada de un intento de evitar que la pandemia fuera objeto de posiciones partidistas o electorales. La estrecha colaboración con la sociedad civil comunitaria y las entidades locales ha sido muy importante así como con otros departamentos del Gobierno, responsables autonómicos de salud y también con el Ministerio. Cogobernanza ha sido un concepto clave y lleno de contenido. Hemos alcanzado un resultado razonable en relación a la dimensión de la tarea emprendida.
 
¿Cuáles cree usted que han sido los puntos más fuertes de la sanidad española a la hora de hacer frente a la pandemia? ¿Y los débiles?

Como punto fuerte, destacaría el gran esfuerzo colectivo que ha supuesto la vacunación, sin la que las repercusiones que ha causado la pandemia en el sistema sanitario habrían sido devastadoras. También ha habido una enorme actividad para buscar soluciones flexibles y rápidas a problemas nuevos e inciertos. Ha sacado lo mejor de nosotros mismos y ha erigido líderes para gestionar situaciones muy inciertas. Si miramos el panorama a nuestro alrededor creo que es como para estar satisfechos. Europa en particular y otros países deberían haber priorizado un ejercicio de solidaridad por principios éticos y de pragmatismo para que otras zonas del mundo pudieran disponer de más vacunas. El Covid-19 es un fenómeno global que requiere abordajes y soluciones globales. No hay más que pensar en las nuevas variantes. Solo nos irá bien si a todos nos va bien.

En segundo lugar, aunque con una realidad desigual, el sistema sanitario español ha demostrado una importante capacidad de respuesta asistencial pese a que en las últimas décadas ha habido retrocesos en cuanto al apoyo a la salud pública que han estado a punto de pasarnos a todos una factura muy cara. Por suerte, en Navarra se sigue contando con una red hospitalaria muy potente y una Atención Primaria muy consolidada que ha sido clave en las sucesivas olas como un eje vertebrador del sistema sanitario y dique de contención.

Algunos de los puntos débiles están relacionados con la necesidad de fortalecer el sistema de salud y readecuar su marco legal y organizativo de cara al futuro. Sigue siendo una asignatura pendiente y se traduce en nuevas normas y sobre todo en más inversión, aunque una financiación inteligente para capitalizar el sistema. La pandemia ha puesto en evidencia que el sistema sanitario español, además del estructural déficit de profesionales, tenía una seria falta de dotación en lo que son los sistemas de vigilancia epidemiológica en particular y en salud pública en general, pilares que van a ser fundamentales ante los nuevos retos de este mundo global y cambiante que comentaba al principio con nuevos vectores. También se ha visto como había una carencia en cuanto a reservas estratégicas en materiales que sobre todo al principio faltaron generando situaciones muy complicadas. Ha puesto de relieve una situación muy mejorable en cuanto a inversiones inteligentes, apuestas por la investigación y otros elementos que quizá nos hubieran servidos para estar más preparados y evitar una exigencia tan elevada al sistema en su capacidad de respuesta, que cuando se ha necesitado se ha dado, pero a costa de un enorme estrés y agotamiento que ahora va a costar remontar en la recuperación de la actividad ordinaria que es nuestro gran reto al día de hoy.
 
¿Queda España preparada para afrontar una nueva pandemia de cara al futuro?

Hemos aprendido muchas cosas y ahora estamos en una mejor situación para afrontar posibles desafíos sanitarios que nos pueda deparar el futuro. Debemos pensar que siempre ha habido pandemias y las seguirá habiendo y que cada una de ellas se nos puede presentar con un rostro diferente que no vamos a conocer hasta no tenerla frente a frente. Hay que asumir que siempre vamos a encontrar aspectos nuevos imposibles de tener en cuenta con antelación, y que la única herramienta para poder hacerles frente de manera eficaz es mantener una inversión en salud y en unos servicios públicos sólidos y fuertes; modernizarlos y adaptarlos a la situación actual en todos los niveles. Y también es importante tener en cuenta que la solución no viene solo por lo que podamos hacer en cada una de las comunidades o a través de los órganos de coordinación, aunque el enorme aprendizaje en clave de cogobernanza, es decir, de trabajar en común respetando la realidad de cada territorio, ha sido un gran paso adelante a nivel estatal.


"El covid me ha dejado el aprendizaje de una cura de humildad en el sentido de que un pequeño virus nos ha puesto en jaque a todos"



Me refiero a que urge procurar una mejor distribución de las vacunas a nivel mundial para evitar el riesgo de nuevas variantes así como potenciar sus propios sistemas de salud y realidad socioeconómicas. La pobreza y la desigualdad se traducen en falta de salud para quienes las sufren y otros riesgos para quienes creen estar a salvo en sus propios países. Sin eso, dará igual lo bien preparados que nos encontremos en cada lugar. De alguna manera necesitamos un cambio de paradigma a nivel mundial. Pero en lo que está más en nuestra mano, en estos dos años en el seno del Consejo Interterritorial todas las autonomías hemos encontrado un punto de encuentro y consenso en dos campos básicos. El primero, la apuesta por la Atención Primaria. El segundo, más recientemente, la declaración unánime de Zaragoza por lo que va a ser un nuevo sistema de Salud Pública y vigilancia epidemiológica.
 
¿Qué aprendizaje personal le deja a usted la pandemia del Covid-19?

Han sido dos años muy intensos y complicados. Con momentos muy duros y también muy satisfactorios y de orgullo. Miles de horas de continua superación y de esfuerzo. Aparte de enseñanzas más ligadas a lo técnico u organizativo, esta pandemia nos ha dejado varias lecciones más personales y me ha corroborado en algunas cuestiones que ya tenía claras.

La primera es el trabajo en equipo. Sin una voluntad común y colaborativa hubiera sido imposible sacar esto adelante. La segunda es una cura de humildad en el sentido de que un pequeño virus nos ha puesto en jaque a todos. La tercera es la importancia de adaptación y flexibilidad, trata de anticiparse mirando hacia adelante pero también aprendiendo del pasado, sobre todo de los errores vividos. La cuarta, la necesidad de poner siempre en primer nivel la empatía para tomar medidas. Y la quinta, mi firme convicción en la importancia de un sistema público de salud potente como mejor respuesta a este reto y herramienta de cohesión y equidad social poniendo el derecho a la salud y a las personas en el centro. Con ese espíritu asumí mi cargo hace ya casi dos años y medio cuando no sabía que íbamos a tener que enfrentarnos a toda una pandemia y esos principios son los que me han permitido mantener el rumbo en los momentos más complicados.
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