Miguel Galán, de #medimad; Asunción Rosado, vicesecretaria de Icomem; Miguel Ángel Sánchez Chillón, presidente; Borja Castejón, vocal de Médicos en Formación, y Daniel Memarpour (#medimad).
7 nov. 2016 11:40H
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¿Qué relación debe tener el profesional médico con el ‘doctor Google’? ¿Es un enemigo o un aliado? Esta es una de las cuestiones tratadas durante la ‘I Jornada sobre Medicina y Redes Sociales' (#medimad), celebrada este fin de semana en la sede del Colegio de Médicos de Madrid (Icomem).
La jornada ha reunido a estudiantes de Medicina con la vocalía de Médicos en Formación y otros representantes del Icomem. “El objetivo que teníamos es que fuera un encuentro totalmente distinto a todos los que se están organizando, muy práctico y con temas que preocupan realmente en el día a día a los médicos”, ha señalado el presidente del Colegio, Miguel Ángel Sánchez Chillón.
Así, en este encuentro se han abordado, por ejemplo, las consecuencias que tiene el uso de la libertad de expresión a través de las redes sociales, cómo formarse usando las redes o la interconsulta por WhatsApp. A lo largo de todos estos debates, se han definido una serie de pautas que pueden enunciarse en forma de decálogo.
Un decálogo para los médicos digitales
1. Google es un potente aliado en la relación médico-paciente. Los profesionales deben generar contenidos de calidad y fiables para que los pacientes tengan acceso a información de calidad.
2-. Las redes sociales unen más de lo que separan y permiten conocer mejor a los demás. Siendo capaces de arriesgar y conectar con los demás no hay límites descubrir y construir juntos.
3. Cuando un médico escribe en redes sociales se expone y llega a sitios que no imaginaría. Hay que que tener cuidado, pero al mismo tiempo considerar que a cuanta más gente llegue, más puede ayudar.
4. Las redes sociales es un mundo que está lleno de personas que intentan provocar conflictos pero también de aquellas que ayudan y tienden puentes. En redes sociales es necesario el respeto, la armonía y la educación. Los problemas deben dirimirse en privado y no debe olvidarse la condición de médico.
5. Twitter es público. Hay que pensar lo que se va a decir antes de enviar.
6. La Medicina 2.0 permite aprender y enseñar de forma más cómoda y accesible. No obstante, al mismo tiempo, presenta problemas como la legitimidad y veracidad del contenido que consumimos y creamos. El objetivo debe ser discernir entre los recursos de calidad.
7. ¿Interconsulta por WhatsApp? Sí, pero con precaución. Hay que hacerlo cuando sea necesario, por una app y dispositivo seguros y siempre respetando el secreto médico compartido. Garantizando la seguridad y protección de la privacidad de los pacientes es posible compartir imágenes con profesionales de todo el mundo.
8. El conocimiento médico se multiplica continuamente y es inabarcable. El big data y la inteligencia artificial van a revolucionar la forma en la que se entiende la práctica de la Medicina y no hay por qué no involucrarse en esa revolución.
9. Las injurias, las calumnias y el derecho de los pacientes son los límites que el médico debe tener en cuenta a la hora de expresarse en redes sociales. La libertad de expresión puede tener consecuencias profesionales, jurídicas y de imagen. Ante la duda, el profesional debe recurrir al Código Deontológico.
10. Las redes sociales dejan una huella imborrable en internet. Es necesario un espíritu muy crítico para valorar el contenido de internet. Y no olvidar que muchos pacientes acuden a las consultas buscando una segunda opinión porque la primera ya se la ha proporcionado Google.
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