Exteriores del Hospital Ramón y Cajal.
Héctor Escobar Morreale,
jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del
Hospital Universitario
Ramón y Cajal y jefe de grupo del
Ciberdem en el mismo centro, ha publicado en la prestigiosa revista
Nature Reviews Endocrinology una revisión sobre los últimos avances realizados sobre
síndrome de ovario poliquístico (SOP), uno de los trastornos endocrinos y metabólicos más comunes en mujeres premenopáusicas
El SOP afecta a aproximadamente
el 20 por ciento de las mujeres en todo el mundo, en las que los
niveles elevados de andrógenos pueden causar una serie de síntomas angustiosos y limitantes como la
reducción de la fertilidad, períodos irregulares y exceso de vello facial y corporal.
“La
etiología de este síndrome sigue siendo en gran parte desconocida, pero la evidencia sugiere que podría ser un trastorno multigénico complejo con
fuertes influencias epigenéticas y ambientales, que incluyen factores de dieta y estilo de vida” apunta Escobar.
El síndrome de ovario poliquístico se asocia frecuentemente con
adiposidad abdominal, resistencia a la insulina,
obesidad, trastornos metabólicos y
factores de riesgo cardiovascular. Su diagnóstico y tratamiento no es complicado requiriendo solo la aplicación de unos principios claros y simples basados en la evidencia actual y las
directrices clínicas para su diagnóstico adecuado y gestión clínica a largo plazo
Imprecisión del término SOP
Escobar explica en el artículo, en primer lugar, cómo el
término SOP podría considerarse inapropiado: “la apariencia 'poliquística' de los ovarios que se encuentra con frecuencia en pacientes con SOP es causada por la
acumulación de folículos ováricos en diferentes etapas de maduración y atresia. Estos folículos son
agregados celulares y no son quistes. Lamentablemente, esta confusión desvía la atención de la fisiopatología real del síndrome”.
La revista hace un repaso, además, acerca de la
heterogénea naturaleza del SOP y la multitud de criterios usados para definir el síndrome y las consecuencias clínicas que conlleva. También expone la etiología del SOP desde la perspectiva evolutiva y desde la agregación familiar y otros aspectos como la fisiopatología del
Síndrome de Ovario Poliquístico.
El investigador apunta que “las pacientes con cualquier trastorno caracterizado por
hiperinsulinismo sistémico tienen una mayor prevalencia de SOP y este síndrome permanece muchas veces sin diagnosticar en la
premenopausia de mujeres que se presentan con algunos trastornos como la obesidad o la diabetes tipo 1 porque el cribado de SOP rara vez se incluye en las pautas actuales para su tratamiento”.
El artículo incluye, asimismo, otros aspectos relevantes en relación con el diagnóstico del SOP, la
evaluación del riesgo cardiometabólico o los principios de su tratamiento donde, subraya, “no existe un tratamiento universal; debe estar orientado a los síntomas; los pacientes con síntomas leves pueden no requerir ninguna intervención;
no hay medicamentos actualmente aprobados específicamente para SOP; los objetivos del tratamiento farmacológico deben considerar el exceso de andrógenos, la
oligoovulación y la resistencia a la insulina; y el tratamiento debe ser crónico y dinámico y adaptarse a las circunstancias cambiantes, las necesidades personales y las expectativas del paciente individual”
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