Exteriores del Hospital Infanta Elena.
9 may. 2018 19:10H
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El Hospital Infanta Elena lidera la implementación de una herramienta de estratificación en pacientes crónicos complejos con el objetivo de clasificar a estos en niveles de intervención y, de esta manera, ajustar la respuesta del sistema de salud a las necesidades concretas y reales de los pacientes.
Así lo ha explicado David Rodríguez, director de Continuidad Asistencial del Hospital Universitario Infanta Elena, durante el Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico, quien ha destacado los beneficios de la estratificación clínica para alcanzar este objetivo, y en cuya implantación “este centro es líder en la Comunidad de Madrid”.
Hasta el momento, los pacientes crónicos se clasificaban por su nivel de riesgo, para lo cual la herramienta de gestión GMA (Grupos de Morbilidad Ajustados), propuesta por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, situaba a cada paciente en función de su morbilidad, es decir, en base al número y complejidad de sus enfermedades, estableciendo cuatro niveles desde el 0, sin patología crónica relevante, hasta el 3, de alta complejidad.
Sin embargo, “el médico y la enfermera de un paciente concreto manejan información suya mucho más amplia, no sólo de su patología, sino de sus características personales, psicológicas, familiares e incluso sociales, lo que les permite estratificar mejor y definir de una manera más ajustada lo que necesita cada paciente”.
Clasificación por niveles de intervención
De ahí surgió, hace cerca de un año, una nueva propuesta de clasificación de pacientes crónicos que establece tres niveles de intervención -bajo, medio y alto- asignados por el médico y la enfermera de Atención Primaria en función de la información aportada por este sistema y el conocimiento individualizado y global del paciente que poseen dichos profesionales.
Esta nueva estratificación beneficia al paciente de una respuesta del sistema adaptada a sus necesidades, favoreciendo el autocuidado en un paciente activo en el caso del nivel de intervención bajo, la gestión de la enfermedad si hablamos del nivel medio, y la propia del caso, sumada al apoyo al cuidador, para los pacientes clasificados en el rango alto de intervención, explica el director.
Asimismo, la aplicación de esta herramienta implica un seguimiento del paciente en su lugar de residencia, ofreciendo seguimiento proactivo y apoyo al cuidador y respuesta permanente a cualquier necesidad compleja detectada, manejando todo tipo de descompensación a través de ámbitos asistenciales accesibles mediante circuitos específicos y favoreciendo tránsitos asistenciales sin fragmentación.
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