Manel Balcells, consejero de Salud (izq.), junto con Patrícia Plaja, portavoz del Govern, y Carles Campuzano, consejero de Derechos Sociales.
La Generalitat de Cataluña pretende impulsar una
nueva estrategia sanitaria para mejorar la calidad de vida de las personas que se encuentran ingresadas en los
centros de mayores, para lo que el Govern destinará
15 millones de euros. Con ese dinero, tal y como explicaron desde el Ejecutivo catalán este martes, se incorporarán
117 médicos y 130 enfermeras en los equipos de Atención Primaria (
EAP) de la comunidad.
Así, Cataluña garantizará que las personas que estén viviendo en esas residencias, en la mayoría de ocasiones son ciudadanos de la tercera edad, sean
atendidas allí mismo por los propios profesionales del primer nivel asistencial. “Es una decisión trascendente, que cambia la atención de personas frágiles y que estamos seguros de que mejorará mucho su calidad de vida y su atención”, justificó
Manel Balcells, consejero de Salud, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Govern.
Se trata de una de las “lecciones aprendidas” de la
pandemia del Covid-19, según han señalado desde la propia comunidad. “Debíamos ofrecer una atención distinta a las personas residentes. Es una decisión que mejorará mucho su calidad de vida”, tal y como ha recalcado Balcells. Además, el consejero ha puesto en valor que es, por otro lado, una muestra de la
integración social y sanitaria, así como una visión conjunta que pone a la persona en el centro y que empieza a desplegarse en el marco de la futura
Agencia de Atención Social y Sanitaria.
Si bien esa metodología ya se probó durante la irrupción del coronavirus, ahora la Generalitat la aplicará “de forma
estructural”. La implementación del
nuevo modelo asistencia se llevará a cabo en un plazo de
un año, comenzando por aquellos centros de Primaria que tengan un grado de coordinación elevado con las residencias. En el resto el procedimiento empezará a partir del segundo semestre de 2024. En total, Cataluña cuenta con
376 equipos de Atención Primaria, de los cuales 317 tienen al menos una residencia asignada en su área de influencia.
En cuanto a las residencias, la región tiene 1.042 en su territorio, Son 951 residencias de mayores y 91 hogares-residencias, concretamente. Entre todas ellas, Cataluña cuenta con hasta
61.498 plazas, según han especificado desde la
Generalitat.
Atención sanitaria en las residencias
Tal y como ha remarcado Balcells, las personas que viven en una residencia están “en su casa”. “Es su domicilio habitual”, asegura, y, por lo tanto, “deben tener la
cobertura necesaria desde la Atención Primaria, como cualquier ciudadano”. “Este acuerdo forma parte de la estrategia de despliegue de la
atención integrada social y sanitaria. El objetivo es que todas las personas mayores que viven en residencias sean atendidas por los
centros de Atención Primaria”, ha añadido
Carlos Campuzano, consejero de Derechos Sociales.
Ambos políticos, que comparecieron el martes junto a la portavoz del
Gobierno de Pere Aragonès,
Patrícia Plaja, argumentaron la importancia de dicha medida. Según puso a colación Campuzano, en los últimos 12 meses el
92 por ciento de los residentes ha sido visitado presencialmente por su enfermera del equipo de Atención Primaria, y el
65 por ciento por su médico. Además, la Generalitat ha elaborado un
censo específico de residencias y residentes, que previo a la pandemia no existía, según subrayan en el Govern. También se ha formado a 15.532 profesionales de las residencias y equipos del
primer nivel asistencial de manera conjunta, para ahondar en esa coordinación.
Necesidades asistenciales de los residentes
Por último, en el Govern afirman que las personas residentes suelen presentar necesidades “significativas” de
atención sanitaria. Tienen una media de 9,2
enfermedades crónicas, con una prevalencia del 57 por ciento de
demencia; una
mortalidad anual del 20 por ciento, el 50 por ciento tiene necesidades de
atención paliativa; casi el 90 por ciento se clasifica en las categorías de máxima complejidad clínica o de alto riesgo; y el 97 por ciento tiene un elevado grado de
dependencia.
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