Redacción. Santander
La Consejería de Sanidad y Servicios Sociales mantendrá durante este año el apoyo a los programas dirigidos a la atención sanitaria a los profesionales médicos y de enfermería con problemas psíquicos. Para ello, ha prorrogado para 2013 los dos convenios con los colegios profesionales de Médicos y Enfermería de Cantabria, por los que se desarrollan el programa de atención integral al médico enfermo (Paime) y el programa Retorno, dirigido a los profesionales de enfermería, con el mismo objetivo.
María José Sáenz de Buruaga. |
En total, el departamento que dirige María José Sáenz de Buruaga destinará 45.000 euros (22.500 euros en cada convenio) para financiar estos programas, con los que se facilita una atención especializada a estos profesionales sanitarios que sufren problemas psíquicos y/o conductas adictivas.
El objetivo es ofrecer a todos los médicos y enfermeros de la comunidad autónoma las prestaciones necesarias que permitan solucionar estos problemas de salud y garantizar la confidencialidad, ya que eso facilitará la detección precoz y la instauración de tratamientos farmacológicos, psicoterapéuticos y rehabilitadores que permitan su reinserción laboral y que, en consecuencia, puedan ejercer en las mejores condiciones posibles para la salud de sus pacientes.
En concreto, la Consejería con la colaboración de los colegios profesionales promoverá la asistencia sanitaria especializada y específica, mediante consultas médicas, terapias individuales, grupales y familiares en régimen de ambulatorio o de internamiento.
Además, garantiza la atención social en los ámbitos que en cada caso resulte necesaria para facilitar la reinserción profesional, y también incidirá en la formación y asesoramiento para fomentar acciones preventivas desde la óptica de la salud pública que impidan o limiten las conductas de riesgo de los médicos y enfermeros afectados por estas enfermedades.
Los programas Retorno y Paime colaborarán con instituciones sanitarias públicas o privadas con el fin de impedir los riesgos de una mala práctica en la medicina por estas causas y, por otra parte, rehabilitar y reinsertar a los médicos y enfermeros atendidos.
Se estima que entre el 10 y el 15 por ciento de estos profesionales sanitarios en ejercicio pueden sufrir en el trascurso de su vida profesional uno o más episodios de problemas psíquicos y/o conductas adictivas, lo que podría generar graves repercusiones en su salud, en el ámbito familiar y en las relaciones laborales, además de poner en riesgo la salud de los pacientes.