Redacción. Santa Cruz de Tenerife
El servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (Hunsc), adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, realizó durante 2012 un total de 87.878 pruebas de diagnóstico por imagen, estudios que facilitan al profesional médico del centro hospitalario indicios con los que elaborar una valoración más completa y un diagnóstico más preciso de determinadas patologías, como por ejemplo el cáncer.
Este tipo de pruebas basadas en el análisis exhaustivo de imágenes del cuerpo humano forman parte de la cartera diagnóstica de alta tecnología que el Hospital de La Candelaria ofrece a sus usuarios, según recoge una nota de la Consejería.
Jefa del Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica. |
Así, entre las técnicas más empleadas en el servicio de Radiodiagnóstico, se encuentra la ecografía, de la que se realizaron 39.442 durante el año pasado. La ecografía, a diferencia de la radiografía, utiliza ultrasonidos que no exponen al paciente a radiación ionizante y se utiliza en otras especialidades como obstetricia y ginecología, reumatología, etcétera.
Además, en el centro hospitalario se efectuaron 30.421 tomografías computarizadas (TC). Las unidades TC también son equipos de alta tecnología que utilizan rayos X para reconstruir imágenes del interior del cuerpo humano y se emplean, entre otras situaciones, para detectar tumores, hemorragias internas, fracturas óseas o signos de enfermedades cardiacas.
A estas pruebas de diagnóstico por imagen se suman las 7.717 resonancias magnéticas realizadas en el HUNSC en 2012, que al igual que las unidades de TC, permiten reconstruir imágenes del interior del cuerpo humano pero sin usar radiaciones ionizantes, siendo una herramienta muy útil en multitud de patologías. Igualmente, se realizaron más de 10.298 mamografías, cuyas imágenes permite detectar de forma específica patologías de la mama.
Evitar exámenes radiológicos innecesarios
Si bien las pruebas complementarias de diagnóstico por imagen ofrecen numerosas ventajas en el ámbito asistencial, éstas deben solicitarse solamente en aquellos casos en los que el especialista indique su utilidad real para concretar un diagnóstico en un paciente, ya que la exposición a radiaciones ionizantes, como las producidas por el TC, pueden entrañar ciertos riesgos que son evitables.
“Un TC de tórax equivale a la realización de más de 400 radiografías de tórax o a un poco más de tres años y medio de exposición a radiación natural de fondo que es la que recibimos procedente de la atmósfera y de la Tierra”, explica la doctora María Luisa Chapel, jefa del servicio de Radiofísica y Protección Radiológica del Hunsc.
Según la especialista, “el modo más efectivo de proporcionar a los pacientes protección contra las radiaciones es evitar los exámenes radiológicos innecesarios y, por tanto, pacientes y profesionales deben conocer que la solicitud frecuente de este tipo de pruebas -y con mayor motivo en pacientes pediátricos- o la repetición de las mismas como complemento a otras pruebas diagnósticas o tratamientos terapéuticos pueden incidir directamente en la salud del usuario”.
En este sentido, deben evitarse aquellas peticiones que no vayan a suponer una modificación en el diagnostico o tratamiento del paciente, efectuar exclusivamente los estudios necesarios y si éstos proceden, llevarlos a cabo mediante procedimientos alternativos, que no impliquen el uso de Rayos X o, en caso de ser imprescindibles, realizar los estudios con las mínimas dosis de radiación necesarias para realizar el procedimiento.
Una completa historia clínica de los pacientes facilita a los facultativos dar con el diagnóstico y tratamiento adecuados, fomentando también la detección precoz y una mejor utilización de las pruebas radiológicas.