Exteriores de la clínica HLA Montpellier.
12 mar. 2019 10:20H
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Llevar una dieta adecuada es importante en todas las etapas de la vida, pero adquiere una especial importancia durante la infancia y la tercera edad. La alimentación es clave para envejecer de forma saludable y puede minimizar los riesgos de padecer ciertas enfermedades. Es fundamental, por tanto, que las personas mayores sigan una dieta equilibrada que incluya diariamente los nutrientes que el organismo necesita en esta etapa de la vida.
En palabras de Miguel Rivas, coordinador médico de HLA Montpellier, “es necesario adaptar la dieta a las modificaciones del metabolismo para conservar el estado de salud y prevenir la aparición de enfermedades”.
Entre los cambios más importantes que se producen en nuestras necesidades alimentarias, la coordinadora de nutrición de HLA, Rocío Bueno, destacó la menor necesidad calórica. “Debemos entender que conforme nos hacemos mayores, necesitamos menos calorías para afrontar el día, por lo que debemos vigilar la proporción de grasa corporal. Además, con el paso de los años se experimenta una gradual pérdida de masa ósea con una mayor predisposición al desarrollo de enfermedades de alto riesgo”.
Cuidar nuestra alimentación será esencial para la prevención de patologías. Según Rocío Bueno, “a partir de cierta edad, y debido a los cambios fisiológicos, hay que mostrar una especial atención en la alimentación para evitar el consumo excesivo de ciertos alimentos, sin caer en erradicarlos de forma tajante de la dieta”
Recomendaciones nutricionales básicas
En general hay que mantener una alimentación variada y equilibrada, teniendo en cuenta la Dieta Mediterránea, para asegurar un óptimo aporte de nutrientes y adaptar la energía suministrada al menor gasto energético que conlleva el envejecimiento.
Los cambios fisiológicos comentados por la coordinadora de nutrición de HLA, originan, en numerosas ocasiones, una modificación de la dieta habitual como es el abandono o disminución del consumo de alimentos proteicos, principalmente las carnes, y esto se manifiesta en la pérdida de masa muscular aumentando además el riesgo de anemia a causa del déficit tanto de hierro como de vitamina B12.
En general, las personas mayores deben vigilar el consumo de ciertos alimentos. En especial, limitar el consumo de dulces, tener cuidado con vitaminas del complejo B (como la tiamina, ácido fólico, vitamina C, D, el calcio, el hierro y las proteínas), controlar la sal en las comidas (que, aunque se sabe, no se tiene en cuenta). “La recomendación general es que se limite el consumo de sal al día a 5 gr.”, explica Rocío Bueno.
El ejercicio físico también es fundamental en esta etapa. Tener un día activo y realizar 30 minutos diarios de actividad física es fundamental. Por ejemplo, salir a caminar, nadar o algún deporte que sea de intensidad moderada.
La nutricionista, finalizaba su exposición explicando que con la edad la sensación de sed disminuye y, por tanto, aumenta el riesgo de deshidratación. Por eso es muy importante beber agua a intervalos regulares, aunque no se tenga sensación de sed. Para facilitar esta tarea la experta propone alternativas al agua como las infusiones.
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