Ricardo Martínez Platel / Imagen: Pablo Eguizábal. Madrid
Tras poco más de un mes en el cargo, Concha Ferrer, presidenta del Colegio de Médicos de Zaragoza, asegura que lo que más le ha sorprendido es la cantidad de asuntos que surgen y que exigen ser abordados para que el colegiado note que la institución está cerca. Es partidaria de olvidar el “histórico enfrentamiento entre los ámbitos público y privado” por el bien de todos.
Ferrer aborda cómo fueron los meses previos a las elecciones.
Desde una perspectiva ventajista que facilita conocer el resultado de las elecciones, da la sensación que el hecho de no alinearse con De la Figuera finalmente ha sido positivo para usted por no tener condicionantes desde el inicio.
Ha sido positivo, pero fue una decisión muy difícil. Desde la perspectiva actual tras el resultado de las elecciones parece que fue buena.
¿Cómo fueron los meses previos a las elecciones?
Duros, pero se planteaban así. Siempre que a unas elecciones se presenta un sindicato son especialmente complicadas, porque están acostumbrados a batirse y ganarlas. Esto nos llevó a organizar una candidatura sólida, con un buen programa y con una buena comunicación. Las circunstancias motivaron que tuviéramos que tomar duras decisiones. A la fragmentación de los votos, hubo que añadir la candidatura sindical que ya estaba establecida, además de la lista encabezada por Abascal y después las diferencias que obligaron a separarnos de Enrique de la Figuera. Esta serie de puntos llevaron a unos comicios que precisaron tomar decisiones complicadas porque sabíamos que esa dispersión podía perjudicar el resultado. Pero desde otro punto de vista, nos hizo pensar en que la comunicación y saber llegar a los colegiados podía hacer que todo llegara a buen puerto.
¿Se le llegó a pasar por la cabeza no presentarse?
Tuve claro en todo momento que quería presentarme. El apoyo del equipo, cuya elaboración llevó meses, nos dio fuerzas para seguir en esa línea, pero sí es verdad que hubo noches en las que entraron ganas de dejarlo.
Hábleme de su equipo.
Empezó siendo un equipo de compañeros, siguió por un equipo de amigos, con unos ideales comunes y con un mismo planteamiento para intentar resolverlos. Cada uno con unas funciones muy determinadas, pero pensando en el bien de todos.
¿Qué recuerdo le queda de la noche de las elecciones?
Fue un día muy largo, de mucha tensión, pero inolvidable
Tras la noche electoral, ¿ha pensado que es necesario cambiar el sistema para los próximos comicios?
Sí. Creo que los tiempos y un colegio con 6.500 colegiados nos tienen que hacer cambiar las dinámicas. El recuento de votos es laborioso. El siglo XXI nos obliga a dar este paso e informatizar el proceso. Es uno de los objetivos que me he planteado para las siguientes elecciones.
¿Esos cambios también afectarán al voto por correo?
El voto por correo tiene que existir. Tenemos que hacer accesibles las elecciones a todos. Hay gente mayor que no vive en Zaragoza y que no domina la informática y hay que facilitarles que voten. Debe estar bien regulado, como lo está en unas elecciones generales.
Desde que se ha hecho cargo de sus nuevas funciones, ¿qué es lo que más le sorprendido?
Hay muchos temas, muy variados, todos los días. Son asuntos que exigen ser abordados, aunque muchas veces no esté en nuestra mano conseguir solucionarlos. El colegiado debe sentir que su colegio está cerca.
La presidenta del Colegio de Médicos de Zaragoza desvela sus proyectos a corto plazo.
¿Cuáles son sus proyectos más inmediatos?
A corto plazo hemos planteado unos proyectos que vamos a presentar en nuestra asamblea general, que serán avalados por los presupuestos. Entre estas iniciativas está la atención a los médicos en precario. Queremos que sea el colegio el que intente gestionar la bolsa de trabajo, ya que es un tema que está un poco olvidado, por parte de las instituciones. En la próxima reunión se aprobará la creación de la figura del ‘Defensor del médico’. Otro gran proyecto es realizar una visita a los centros rurales, para que perciban que el colegio está cerca de ellos. En una comunidad como Aragón, donde existe mucha dispersión, los médicos rurales en ocasiones se encuentran muy solos.
También pretendemos asumir el seguro de responsabilidad civil, que tiene que ser renovado. Queremos establecer una línea de seguro en la que los médicos en precario, los residentes o mayores que cambian su modelo actuación en la vida clínica, tanto privada como pública, puedan tener modelos que se acerquen más a sus posibilidades económicas. Esas son las líneas que vamos a plantear este año.
¿Cuál es la situación de los médicos en la Aragón?, ¿qué sensaciones les transmiten los colegiados?
Preocupación, como en el resto de comunidad autónomas. Tenemos una sanidad que debe ser sostenible. Saben que hay que hacer cambios importantes y en profundidad. Gran parte de nuestros médicos están trabajando en un sistema público, por lo que esas variaciones les van a afectar directamente.
Usted fue tajante a la hora de señalar que no se bajarían las cuotas.
El estudio de la cuota general para bajarla cuando comenzó la crisis y se hicieron restricciones salariales de relevancia fue un planteamiento que se analizó desde la anterior junta directiva. Se estudió en profundidad y se observó que para mantener los sistemas de ayuda el médico enfermo, los mecanismos de ayuda a los mayores con discapacidad, los programas de formación continuada, era difícil. No obstante, se rebajó un 7 por ciento. Pero por debajo de esa cifra, sería restringir servicios. Mucho más no se puede hacer cuando se están pagando 75 euros al trimestre.
¿Cómo fue la reunión su reunión con el consejero Oliván?, ¿qué temas abordaron?
Están siendo reuniones de toma de contacto, pero hay que hacerlas con temas candentes. En este momento han surgido dos temas de calado: por un lado, los antiguos médicos de zona o cupo, y los médicos funcionarios. También tratamos la gestión demanda enfermera. Se ha intentado resolver la gestión de la demanda de procesos agudos, con un sistema de consulta enfermera, que consideramos que es novedoso, pero mientras el sistema de atención a la demanda del paciente crónico no esté totalmente resuelto, iniciar otro camino para ver que tal va, entendemos que es mejor terminar con uno y empezar con otro.
Durante la celebración del Día del Colegiado se refirió a la polémica suscitada con la jubilación de los facultativos, que en los últimos meses. ¿Qué opina al respecto?
Las instituciones públicas, como las privadas, tienen que elegir su modelo de gestión, pero hay modos. Las maneras para jubilar a los 65 no han sido los más adecuados. Han creado enorme descontento a nivel de los profesionales.
Ferrer es partidaria de una exista colaboración entre los ámbitos público y privado.
En la inauguración del Ciclo del Aula Montpellier se mostro partidaria de fomentar nuevas fórmulas de colaboración público-privadas, ¿por dónde puede pasar estas maneras de colaboración?
Es complicado y tenemos que ingeniárnoslas todos para discurrir cómo pueden ser esas fórmulas. Hay salir del enfrentamiento entre lo público y lo privado. Hay que utilizar los recursos de ambos ámbitos para beneficio de todos.
¿Qué papel quiere que ocupe el Colegio de Médicos de Zaragoza dentro de la OMC?
Tiene que tener un papel importante porque somos el sexto colegio en lo que a número de colegiados se refiere. Tenemos que tener peso porque se están debatiendo temas de gran relevancia: como el foro de la profesión médica o la futura ley de servicios y colegios profesionales. Debemos hacer que la voz de nuestros colegiados se escuche. Además, tenemos la obligación de aportar nuestro pequeño grano de arena para que el sistema sea sostenible y para hacer que nuestra sanidad sea como siempre, de calidad.
Ya quedó patente durante la campaña y como presidenta ha demostrado su apuesta por las nuevas tecnologías. ¿Busca una mayor relación con los colegiados más jóvenes?
Sí. Tiene una doble vía. Por un lado, llegar a los jóvenes: hemos modificado la página web, la newsletter, hemos creado un Twitter, así como una línea de correo electrónico en cada una de las vocalías para que haya un contacto directo. También abrirnos a la ciudadanía y para ello hay que ampliar la comunicación, por eso pretendemos poner en marcha un aula de salud pública para los ciudadanos que será llevado por profesionales que tienen más de 65 años, que todavía se sienten útiles y con capacidad de tomar las riendas de este proyecto.
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