Una cirujana durante una intervención quirúrgica.
Un equipo multidisciplinar del
Hospital Universitario Virgen de Macarena ha realizado una importante innovación en la
cirugía del cáncer diferenciado de tiroides. Profesionales de los servicios de Endocrinología, Cirugía, Radiofísica y Medicina Nuclear han elaborado un protocolo para la utilización de una
nueva técnica con semillas radioactivas.
Aprovechando la experiencia en la utilización de
semillas de 125-I en las cirugías de cáncer de mama, este equipo del Virgen Macarena ha logrado intervenir con éxito a
14 pacientes. La especialista en Medicina Nuclear, Teresa Cambil, explica que este protocolo “se elaboró normalizado de trabajo para el
marcaje y extirpación de estas lesiones mediante colocación de una semilla radiactiva de I-125, RSL (Radiactive Seed Localization), y valoramos las ventajas con respecto a la cirugía tradicional. La semilla es un marcador de muy pequeño tamaño (4mm), compuesto de titanio, que en su interior contiene 125-I, un isotopo radioactivo con una vida media de 60 días”.
Reducir posibles problemas adversos
Una nueva forma de abordar este tipo de cáncer endocrino, el sexto más frecuente en mujeres, y el primero entre mujeres de 20 y 34 años. La implantación de estas semillas marcadas con I-125 proporciona una
ventaja sobre la cirugía convencional, pues reduce de forma considerable la posible aparición de efectos secundarios como parálisis vocal, hipoparatiroidismo transitorio o definitivo, y otros que pueden derivar en lesiones en la tráquea, esófago o vasos sanguíneos.
“Aunque
estos tumores suelen ser poco agresivos”, explica Tomas Martín, responsable de la sección de UPRA de patología tiroidea intervencionista del Servicio de Endocrinología, “con metástasis a distancia raras y una supervivencia elevada con el tratamiento adecuado, más del 90% a los 10 años, sin embargo, en algunos pacientes el riesgo de recidivas o incluso de muerte por esta enfermedad puede ser mayor debido a que es relativamente frecuente (20-50%) que los pacientes presenten durante su seguimiento
afectación de los ganglios linfáticos del cuello, especialmente en personas jóvenes”.
Una técnica muy satisfactoria
En cuanto a las sensaciones del equipo médico tras las primeras intervenciones, los resultados de la encuesta que realizaron los cirujanos muestran, según Teresa Cambil, que
“esta técnica fue muy satisfactoria en el 100% de las intervenciones, ofreciéndole a estos, la seguridad de que las lesiones sospechosas quedan extirpadas, con bajo consumo de tiempo y tranquilidad frente a la posibilidad de crear yatrogenia sobre todo en aquellos pacientes que ya tenían lesiones en el nervio recurrente debido a las intervenciones previas”.
Los cirujanos consideraron esta cirugía en
un 90% de las ocasiones, más ventajosa que la tradicional, ratifica Cambil: “Debido al éxito de esta técnica que ofrece seguridad y confianza a nuestros cirujanos, afirma Cambil, en nuestro hospital se están realizando cirugías en pacientes complejos que, en otros momentos, dado el riesgo de posibles complicaciones, se hubieran desestimado. En la actualidad
, hemos incluido esta técnica como de uso clínico rutinario en aquellos casos que esté indicada su utilización”.
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