Redacción. Sevilla
El número de condenas por delito de atentado tras agresiones a los profesionales sanitarios se ha incrementado en un 86 por ciento desde 2009. Así lo ha comentado la consejera de Salud y Bienestar Social, María Jesús Montero, durante comisión parlamentaria, donde ha recordado que fue en 2007 cuando se iniciaron conversaciones y reuniones con el Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en las que se le trasladó el empeño de la Consejería por que este tipo de situaciones se condenaran como delito de atentado hacia un funcionario de la Administración pública.
María Jesús Montero. |
Desde entonces, ha señalado Montero, “los órganos judiciales han demostrado una gran sensibilidad hacia este asunto, aumentándose sensiblemente el número de condenas de este tipo durante los últimos años”. De hecho, de las 245 asistencias letradas registradas en 2012, un total de 201 han sido sentencias condenatorias, y de ellas, 21 lo han sido por atentado.
La consejera ha recordado que la prevención de las agresiones a los profesionales durante la prestación de la asistencia sanitaria “ha sido siempre, y seguirá siendo, una prioridad de la Consejería”.
En esta línea, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) está trabajando actualmente en la modificación del registro de agresiones a profesionales a fin de proponer medidas de seguridad acordes a la problemática que presenta cada centro.
Plan de Prevención de Agresiones
El Plan de Prevención de Agresiones, que se va adaptando a las nuevas necesidades que se van presentando, establece un protocolo de actuación en el que se recomienda a los profesionales qué hacer ante una situación de violencia. Para ello, el SAS realiza una labor de difusión y formación de los profesionales.
Tanto es así que se desarrollan actividades formativas que abordan, desde posibles herramientas para promover el respeto mutuo entre profesionales y los usuarios, hasta la capacidad de los profesionales para realizar y recibir una crítica, dar una mala noticia y manejar el estrés, entre otras.
De hecho, el Servicio Andaluz de Salud ha invertido más de 160 millones de euros en la implantación de dispositivos tecnológicos que garanticen un contexto seguro y de confianza para los profesionales. Existen 1.446 interfonos, 1.559 teléfonos directos con seguridad, 555 salidas alternativas y 1.191 videocámaras de vigilancia en espacios abiertos. Además, ya se han implantado en Andalucía 3.500 botones antipánico. Se trata de una clave de seguridad que se activa en el teclado del ordenador y que permite dar aviso inmediato frente a situaciones conflictivas.
Los dispositivos sanitarios móviles, por su parte, cuentan con GPS en ambulancias (66 en total) y con timbres para avisar de una posible incidencia (24). Asimismo, hay en torno a 600 vigilantes de seguridad en los centros sanitarios cada año, un servicio cuya contratación se ha mantenido estable en el tiempo.