María José Sáenz de Buruaga, portavoz del PP en el Parlamento de Cantabria.
María José Sáenz de Buruaga (Suances, 1968) fue la vicepresidenta y consejera de Sanidad de Cantabria, durante la anterior legislatura de Gobierno del PP. Ahora lidera la oposición y ejerce la portavocía en el Parlamento y en la Comisión de Sanidad. El ámbito sanitario se ha convertido en el núcleo de buena parte de las críticas populares contra el ejecutivo que lidera
Miguel Ángel Revilla y contra la consejera del ramo,
María Luisa Real. Y es que, a juicio de Buruaga, el gobierno no cuenta con la sanidad entre sus prioridades y está centrado en la crítica destructiva a sus predecesores.
El Gobierno está estos días presentando al Parlamento el borrador de los presupuestos de 2017. ¿Cómo valora el PP de Cantabria la partida destinada a sanidad dentro de estas cuentas?
El Gobierno de Cantabria, de coalición y en minoría, ha consumido el tiempo en disputas internas entre sus socios y carece aún de los apoyos parlamentarios para asegurar su aprobación. Lo cierto es que ni tan siquiera existe, en este momento, proyecto de ley de presupuestos que someter a la Cámara.
A falta de conocer el documento en su integridad y del consiguiente análisis en profundidad del mismo, la primera valoración es de seria preocupación. En primer lugar, porque el presupuesto es insuficiente para hacer frente a la escalada de gasto derivadas, no de más prestaciones sanitarias ni mejores servicios a la población, sino de la ineficiencia en la gestión. Tal y como advertimos, el presupuesto del año en curso ha resultado insuficiente para soportar el gasto real de 2016 con lo que el presupuesto anunciado para 2017, de por sí insuficiente, nacerá además lastrado por la deuda. Yo diría que estas cuentas confirman que la sanidad ha quedado relegada en el orden de prioridades políticas del Gobierno de Cantabria.
Después del esfuerzo que hicimos para reponernos de años de infrafinanciación sanitaria y afrontar la deuda sanitaria de más de 261 millones de euros que heredamos, y que estuvo a punto de conducir a la quiebra a nuestro sistema público de salud, volvemos a retomar el camino del déficit y el contador de la deuda en los capítulos de farmacia y suministros hospitalarios se dispara.
La actual administración del SCS ha culpado a la anterior de los problemas sobrevenidos en el nuevo Valdecilla ¿Qué tiene que decir ante estas acusaciones como portavoz del PP y anterior consejera?
Lamentablemente ese es el recurso habitual de los actuales responsables sanitarios que, ante la incapacidad de argumentar sus propias decisiones y con una actitud más propia de la oposición, responsabilizan de todo a sus antecesores. El nuevo Valdecilla, que los socialistas han combatido por tierra, mar y aire, es la viva imagen de su fracaso: fue el PP el que inició la reconstrucción de Valdecilla, firmó el convenio de financiación con el Estado y sin demoras ni sobrecostes, en 16 meses, lo terminó. El discurso del permanente desprestigio de Valdecilla obedece a la imperiosa necesidad de los actuales responsables sanitarios de encubrir su incapacidad de gestión, y desviar la atención de lo importante.
La oposición asegura que el polémico traslado de psiquiatría a Liencres se debe a estos problemas.
El traslado de psiquiatría a Liencres no tiene nada que ver con el nuevo Valdecilla. Es una decisión política del Gobierno de Cantabria que jamás ha movido un dedo por el Centro de Rehabilitación Psiquiátrica de Parayas, salvo para cerrarlo. No en vano pasarán a la historia por cerrar el primer centro asistencial público de nuestra comunidad autónoma. Un recorte sin precedentes en nuestra sanidad pública. Para el Partido Popular la opción era otra y bien distinta. Pasaba por iniciar de inmediato y de forma progresiva un proceso de inversión y modernización de este centro mediante su completa rehabilitación arquitectónica y funcional.
Hace unos meses PSOE, PRC y Podemos tumbaron una propuesta del PP para evitar el traslado de oftalmología a Liencres. Ya consumado el mismo, ¿qué valoración hace el PP de Cantabria de esta polémica?
Fue una decisión rodeada de una gran polémica que nuestros responsables sanitarios fueron incapaces de explicar, ya que carecía de racionalidad asistencial y sensilibilidad social. Además fue adoptada a espaldas de los facultativos del servicio. Quizá con el paso del tiempo, usuarios y profesionales se hayan resignado o acostumbrado a la nueva situación pero eso no convierte dicha decisión en adecuada ni la dota de una verdadera justificación. Lo cierto es que a nuestros responsables sanitarios les faltó voluntad, criterio y capacidad de gestión para acometer la necesaria y prevista reordenación en Valdecilla Sur y optaron por la vía más fácil: expulsar a todo un servicio del hospital, con las consecuencias sobre el buen funcionamiento del mismo y la merma de la calidad asistencial de las que los propios profesionales advirtieron. Y lo cierto es que había disponibilidad de espacios en el hospital para evitarla, dado que hemos volcado la vieja Residencia, que tiene 32.000 metros cuadrados, en las Tres Torres, un edificio de 86.000 metros cuadrados, lo que arroja un saldo neto superior a 50.000 metros cuadrados. Seguimos pensando que es un grave error y defendiendo que es inaceptable para Valdecilla. Después de 17 años, el nuevo Valdecilla se ha terminado y con él deberían acabar las separaciones y disfunciones de servicios que amenazan la eficiencia y la calidad asistencial.
¿Qué propuestas tiene previsto presentar al Parlamento Regional el Grupo Popular en el próximo periodo de sesiones?
Nuestras propuestas a lo largo del último año han pretendido responder a las necesidades reales del sistema y las principales preocupaciones de los ciudadanos. De igual modo, en el próximo periodo de sesiones irán dirigidas a impulsar el proyecto sanitario que Cantabria necesita, supliendo las principales carencias del ejecutivo en esta materia y no vamos a consentir el menor retroceso.
En particular, hablamos de iniciativas tendentes a asegurar el equilibrio financiero de nuestro servicio público de salud y mejorar la eficiencia en la gestión. Propuestas dirigidas a impulsar el desarrollo de los distintos planes, hoy completamente estancados, como el Plan de atención a la cronicidad o el plan de salud mental de Cantabria. De forma muy especial, demandamos e incidiremos en una adecuada planificación estratégica de nuestros recursos humanos. Además, seguiremos muy de cerca la evolución de los planes funcionales de los hospitales comarcales de Sierrallana y Laredo.
Recientemente ha criticado el “caos” en el hospital de Sierrallana, ¿qué propuesta tiene para encauzar la situación?
Desde el PP estamos convencidos de la excelencia que albergan y el rol insustituible que desempeñan nuestros hospitales comarcales. Lejos de denunciar ningún caos, hemos pretendido y conseguido impulsar el proyecto de ampliación y reforma del hospital que emprendimos la anterior legislatura y que, año y medio después, el gobierno actual mantenía guardado en un cajón mientras dejaba correr el tiempo en contra del hospital sin invertir un solo euro en él. El Plan Funcional elaborado por la anterior gerencia concluía la imposibilidad de seguir poniendo parches a esta infraestructura y justificaba la necesidad real de construir un nuevo edificio anexo al hospital. Un proyecto que, de haberse cumplido la programación prevista ya estaría en condiciones de iniciar su ejecución material y que, como otros tantos, se encontraba deliberadamente paralizado”. Nuestra labor ha forzado a la Consejería de Sanidad a desempolvar y dar continuidad a nuestro proyecto para el hospital pero, a estas alturas, no nos conformamos con un plan funcional que ya existe sino que pretendemos impulsar sin más dilación su ejecución. Se trata de impedir que ésta sea una legislatura perdida para Sierrallana.
Cantabria planea eliminar las deducciones por los gastos en sanidad privada ¿cómo valora esta medida?
Creo honestamente que es poco afortunada. Una decisión que no se fundamenta en el rigor, en la necesidad o en la conveniencia de revertir los efectos inadecuados de dichas deducciones, sino en el sectarismo ideológico de un Gobierno que se niega a entender que la colaboración público-privada bien entendida no solo no es incompatible con la defensa del sistema sanitario público, sino que coadyuva a su sostenibilidad. Y lo digo desde la legitimidad que nos da haber sido el gobierno que más recursos ha destinado en la historia de esta comunidad autónoma a hacer sanidad pública. Estamos ante un departamento más aficionado al discurso fácil y al postureo que a abordar realmente los problemas. Y que, de este modo, trata de disfrazar su renuncia a inyectar financiación suficiente en nuestro sistema sanitario público”.
¿Cuál diría que es la principal carencia de la gestión de la Consejera Maria Luisa Real en el tiempo que lleva en el cargo?
Yo creo que la fundamental y más evidente es “a más que preocupante falta de proyecto sanitario. Año y medio después continuamos desconociendo el proyecto, las prioridades y los compromisos adquiridos por la Consejería. El resultado ha sido y es un conjunto vacío. El avance y el impulso imprimido durante la pasada legislatura fue tan fuerte que la Consejería de Sanidad sigue viviendo de la inercia generada, pero ya se percibe con claridad la improvisación del día a día y sobre todo la falta de rumbo cierto y de un proyecto de futuro. A lo largo de este periodo se ha dejado sentir también un sectarismo ideológico implacable. El revisionismo prevalece sobre las ganas de avanzar y mirar al futuro y la manipulación se antepone a menudo a la verdad. Ejemplos como el desmantelamiento del proyecto asistencial puesto en marcha en Liencres, el rechazo e incumplimiento del pacto profesional por la sanidad o la permanente descalificación del nuevo Valdecilla ilustran a la perfección ese ánimo destructivo.
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