España, según el Sistema de Información de Atención Primaria (SIAP), en el año 2017 disponía de un total de 13.129 centros de Atención Primaria (3.048 centros de salud y 10.081 consultorios locales o auxiliares), en los que desarrollan su labor un total de 92.126 profesionales, distribuidos de la siguiente forma:

• 28.980 médicos de familia

• 6.056 pediatras

• 29.662 enfermeras

• 4.446 auxiliares de enfermería

• 22.532 personal no sanitario
 
Estos profesionales prestan atención sanitaria en el centro y en el domicilio, tanto ordinaria como urgente, y hasta el hogar más alejado. Atención que llega a 45.880.531 de habitantes, de los cuales 8.631.516 son mayores de 65 años (el 18,8 por ciento) y esta proporción se incrementará en los próximos años (era el 17,35 en el año 2005).

Para hacer frente al incremento de la cronicidad de los próximos años, lo más eficiente es incrementar la financiación y la plantilla de Atención Primaria.

Los médicos en 2017 realizaron 232.549.490 consultas ordinarias (de ellas 3.404.965 en el domicilio del paciente) y 21.380.507 urgencias (1.072.926 fuera del centro). Los enfermeros realizaron 131.901.034 atenciones ordinarias (9.518.815 en el domicilio del paciente) y 8.225.663 urgentes (631.460 fuera del centro).


"La necesidad más urgente en Atención Primaria es una financiación adecuada"


La necesidad más urgente de Atención Primaria es una financiación adecuada. En 2017 se invierten 1.033 millones de euros menos que en 2009. Es necesario, de forma urgente, llegar al 20 por ciento del presupuesto sanitario público y avanzar con el horizonte en el 25 por ciento. El 14,2 por ciento del presupuesto sanitario público que se invirtió en 2017 es insuficiente.

Primaria sufrió grandes recortes por la crisis y en la recuperación sigue perdiendo participación en el presupuesto sanitario público, no es justo ni equitativo.

Urgentemente hay que invertir hasta conseguir una dotación de plantillas suficientes de médicos de familia y pediatras. Más del 40 por ciento atienden cupos excesivos, tienen las consultas masificadas y además se ven obligados a atender los pacientes de los compañeros ausentes. Para que los cupos sean aceptables, en España se necesitan unas 2.200 plazas adicionales de médicos de familia y 300 de pediatras en España.

Con presupuesto y plantilla suficiente los médicos de AP tendrán agendas aceptables, lejos de los más de 40, 50 o incluso más pacientes que ahora atienden muchos. Los médicos necesitan tiempo suficiente para atender con calidad a sus pacientes, deben además tener plena autonomía en la gestión de su agenda y derivaciones y disponer de toda la información para gestionarla adecuadamente. 

Más del 25 por ciento de la plantilla de médicos de AP son mayores de 60 años, por lo que es necesario un incremento de plazas MIR de medicina de familia y pediatría en las próximas convocatorias para reponer el incremento de las jubilaciones y dar opción a formarse como especialistas a los miles de egresados de las facultades que no han podido obtener plaza estos últimos años. Estos médicos sin título de especialista pueden formarse en el MIR como médicos de familia o pediatras en cuatro años, y los centros de salud y hospitales tanto públicos como privados los necesitarán para cubrir las vacantes por jubilación en los próximos años.

Esta situación es transitoria. Pasados diez o doce años las jubilaciones disminuirán a la mitad y si continúan formándose el mismo número de médicos en las facultades, de nuevo se formará una bolsa de médicos parados como en los años ochenta. Los alumnos que comienzan ahora en las facultades de Medicina pueden tener con dificultades para encontrar trabajo dentro de once o doce años, cuando terminen su formación como especialistas.


"De nada valdría aumentar las plazas MIR de médicos de familia y pediatras si no se mejoran las condiciones laborales, profesionales y retributivas en AP"


Las plazas MIR también deben ajustarse a las previsiones de jubilación y las necesidades futuras por el incremento de patología crónica que provocará el envejecimiento de la población. Ahora, necesitamos más plazas y dentro de unos años posiblemente serán necesarias menos plazas y menos alumnos en las facultades.

Es imprescindible una planificación urgente y responsable de las necesidades, con visión de medio largo plazo.

Formar un médico como especialista son cuatro o cinco años de residencia, que sumados a los seis de facultad y el año de preparación del MIR suponen entre once o doce años desde que un alumno, con notas extraordinarias, comienza sus estudios de Medicina.

Por otro lado, de nada valdría aumentar las plazas MIR de médicos de familia y pediatría si no se mejoran las condiciones laborales, profesionales y retributivas en Atención Primaria, para evitar que los nuevos especialistas se marchen fuera de España o a los hospitales.

Se necesitan también oposiciones convocadas anualmente y resueltas en meses (y no en años) para dar estabilidad y fidelizar a nuestros jóvenes médicos que muy bien formados reciben ofertas de trabajo muy atractivas fuera de nuestras fronteras.

Primaria necesita presupuesto, plantilla, poder de decisión y tiempo para seguir cumpliendo su función que es la base de todo el sistema sanitario.

Sin la eficiencia y poder resolutivo de Atención Primaria, todo el sistema sanitario tendrá graves problemas y no podrá afrontar el reto de la cronicidad.