La psico-oncología cobra especial importancia en el abordaje de estos pacientes, ya que sus lesiones pueden afectar su comportamiento social



8 mar. 2016 17:02H
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Sergio López. Madrid
El carcinoma basocelular (CBC)  es un tumor tan frecuente que es poco conocido. Esta aparente paradoja se da porque, al no ser agresivo la mayor parte de las veces y poderse tratar fácilmente si se coge a tiempo, no se le presta mucha atención. Sin embargo, los casos que se escapan al control tienen consecuencias devastadoras, a nivel físico y psicológico, para estos enfermos.

Desde la izquierda,Javier Medina, del Servicio de Oncología del Hospital Virgen de la Salud de Toledo; María Die Trill, psico-oncóloga, Pedro Redondo, coordinador del Grupo Español de Dermatología Quirúrgica y Láser y Juan Parra, responsable médico de Roche.


Con objeto de acercar a los divulgadores la problemática de esos pacientes, la compañía Roche ha organizado una ‘masterclass’ con el título ‘CBC, tan frecuente como poco conocido’. Durante la sesión, se han abordado las esperanzas de estos pacientes, cuyas expectativas han mejorado notablemente en los últimos tiempos, con los avances en fármacos que neutralizan la llamada ‘vía hedgehog’.

El CBC tiene una incidencia de entre 100 y 200 casos por cada 100.000 habitantes y representa el 80 por ciento de los tumores de piel no-melanoma. Dado que en su fase precoz no es muy agresivo, raramente genera metástasis y se puede tratar fácilmente, se le suele dejar fuera de las estadísticas sobre cáncer. Algo que relaja la percepción de peligro y, por tanto, su conocimiento por parte de la población general.

Sin embargo,  en un número reducido pero significativo de casos (del entorno del uno por ciento) este cáncer evoluciona  a su forma más peligrosa, produciendo deformidades muy visibles, dado que tiene tendencia a localizarse en la cara y en las zonas del cuerpo más expuestas a la radiación solar.
 
Pérdida de calidad de vida

“El CBC quizá sea un tumor que pasa más desapercibido que otros porque su comportamiento no es tan agresivo, pero lo cierto es que si no se trata puede llegar a ser mortal”, ha explicado durante la ‘masterclass’ Pedro Redondo, coordinador del Grupo Español de Dermatología Quirúrgica, Láser y Oncología Cutánea de la Academia Española de Dermatología y Venérea. Redondo ha destacado que cada año hay 100.000 casos en España, lo que le convierte en el tumor más habitual.

El CBC avanzado conlleva una pérdida de la calidad de vida en los pacientes, ya que los tumores se hacen muy visibles y pueden pasar de ser cutáneos a extenderse a órganos vitales. Durante la sesión se han mostrado impactantes fotografías, tanto de las lesiones que provoca esta enfermedad en cara y tronco, como de las amputaciones por cirugía, que hasta ahora constituía la única solución para contener su avance.

Desde la izquierda, Lucas Martín, product manager de Roche; Javier Medina, María Die Trill, Pedro Redondo y Juan Parra.


En esta línea, Javier Medina, del Servicio de Oncología del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, ha explicado que hay dos tipos dentro de estos pacientes con cuadros avanzados. “Aquellos que llegan por una enfermedad rápidamente progresiva” y aquellos “que se dejan” porque ignoran que esa lesión cutánea es un cáncer. Suelen ser personas mayores, que no quieren cargar a sus hijos con problemas y que no tienen información adecuada, aparte de cierta evitación y miedo a estar enfermos.

Impacto psicológico

Aparte del daño físico, esta enfermedad suele conllevar cierta afectación mental, dado que los pacientes tienden a aislarse y pierden autonomía. Durante la clase se ha detallado los resultados de una encuesta realizada 80 dermatólogos españoles especializados en oncología cutánea, en la que la mayor parte de especialistas destacan que sus pacientes padecen fuertes sentimientos de vergüenza, aislamiento, ansiedad y depresión.

“El CBC avanzado es uno de los tumores con mayor impacto psicológico para el que lo padece, por la deformidad facial y lo que esta conlleva”, ha señalado la pisco-oncóloga María Die Trill, quien añadió que estos pacientes suelen tener “sentimientos de impotencia, inutilidad y culpabilidad por ser una carga” y ha abundado en la importancia del tratamiento psico-oncológico de las personas con esta enfermedad.

“La cara es el órgano con el que nos relacionamos con nuestro entorno. Cuando una enfermedad nos afecta a ese nivel en nuestro rostro hay un impacto severo en el funcionamiento psíquico y social del paciente”, ha explicado Die Trill, antes de recordar que la familia juega un importante papel, junto con el apoyo psicológico, para que estas personas puedan aceptarse.

Pedro Redondo y Juan Parra.

Vía 'hedgehog'

Hasta ahora, el abordaje del CBC avanzado pasaba por operaciones quirúrgicas, a veces muy significativas, que incluían la amputación de órganos, como la nariz o los ojos. Por fortuna, el mayor conocimiento de la biología molecular ha permitido recientemente mejorar el tratamiento y las expectativas de estos pacientes.

En concreto, ha sido muy importante el descubrimiento de la llamada vía de señalización hedgehog. La vía hedgehog está conformada por una serie de moléculas presentes en las células y que tienen una importante función reguladora del crecimiento en los primeros años de vida. Sin ebargo, su anómala activación en la edad adulta puede ocasionar tumores.

El conocimiento de esta vía ha constituído una diana para una serie de tratamientos, como son los inhibidores de la vía hedgehog. Según ha explicado Medina, los ensayos clínicos con uno de estos fármacos, Vismodegib, están  teniendo unos resultados “muy llamativos” en los pacientes que están tratando. Se consigue controlar el crecimiento de los tumores y reducir la superficie sobre la que hay que intervenir quirúrgicamente.

Este fármaco, según ha explicado Juan Parra, está en fase de ensayos con humanos y se negocia con la Agencia Europea del Medicamento su comercialización, que ya está autorizada en Estados Unidos.
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