El precio del alquiler en Baleares puede llegar a suponer la mitad del salario de determinados perfiles sanitarios

“No voy a destinar la mitad de mi sueldo enfermero para pagar el alquiler”
Hospital Universitario de Son Espases (Palma de Mallorca).


18 ago. 2024 16:05H
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Baleares es un paraíso para el visitante gracias a su entorno natural y herencia cultural e histórica. No obstante, los parámetros que la convierten en una joya para la industria turística -solo en los seis primeros meses del año aterrizaron en el archipiélago más de seis millones de personas- también han transformado a la comunidad autónoma en víctima de la especulación inmobiliaria. Los precios de la vivienda no dejan de ascender y ya es la región española más cara para alquilar un inmueble, con un coste medio de 19,1 euros por metro cuadrado, más de cinco euros por encima de la media nacional. Esta tendencia, unida a la desaparición de arrendamientos corrientes por vacacionales, complica el acceso a la vivienda de la población, incluidos los centenares de sanitarios que son contratos por el IB-Salut. "El problema está alejando a los profesionales de las islas porque es inconcebible pagar el alquiler", ha admitido la enfermera Sheila Moraleda.

La graduada en Enfermería cambió su Sevilla natal por Palma de Mallorca, donde aguardaba un contrato hasta septiembre de 2024. Moraleda comenzó a buscar vivienda a mediados de mayo y con ello la desesperación. "Mi experiencia ha sido nefasta. Llegué a plantearme rechazar el contrato", ha afirmado. Y es que la sanitaria pasó por un calvario compuesto por alquileres disparados y nula respuesta. Además, el alto volumen de personas en proceso de encontrar inmueble hacía que la competencia fuese feroz. "Encontré un piso que me convenció y después de mandarle DNI para hacer contrato, me dijo que ya lo había reservado una persona. Te desanima mucho la situación", ha explicado.


"Están alejando a los profesionales porque pagar un alquiler es inconcebible", ha lamentado Moraleda



Después de consultar en distintas aplicaciones de vivienda, Moraleda recurrió a una compañera de la universidad, quien la metió en un grupo de Whatsapp donde buscaban pisos en Mallorca. En este, dos colegas de profesión preguntaban por una tercera para compartir un apartamento que ya habían localizado. "Reservamos la vivienda y me quedé más tranquila. El precio son 1.500 euros y 1.000 euros de reserva que se llevó la inmobiliaria. No está en un buen barrio, pero está cerca del centro y bien conectado con el hospital", ha confesado. Sus dudas llegarán si le amplían el contrato de trabajo, ya que el de estancia se amplia solo hasta noviembre. 


Rechazar un contrato por falta de vivienda


Moraleda halló un lugar en el que residir, pero no todo el mundo corre la misma suerte. Elena Merino vive en Tenerife desde hace cinco años, pero tuvo la oportunidad de trabajar como enfermera en Mallorca durante seis meses. No obstante, jamás se llegó a materializar por el problema de vivienda que sacude a la comunidad autónoma. "Todos los pisos en buen estado superaban los 1.200 euros mensuales de alquiler, además de exigirte un contrato estable, nóminas y varios meses por adelantado. Incluso, había muchos en los que el precio en verano era mayor que en el resto del año y lo ponían en las observaciones sin tapujos", ha aseverado la sanitaria. 

"Queremos trabajar, pero también necesitamos vivir y no podemos gastarnos la mitad de nuestro sueldo o más en vivienda", ha afirmado Merino. Un enfermero del IB-Salut cobra 2.405 euros brutos al mes -con todos los complementos-, que se reducen a 2.045 si aplicamos la retención por IRPF del 15 por ciento -la habitual en sueldos entre 20.000 y 35.000 euros anuales-. El piso más barato encontrado en la red Idealista cuenta con un alquiler mensual de 650 euros, más de un 25 por ciento del salario neto de una profesional de Enfermería. En el caso de un médico, este arrendamiento supondría también un cuarto de su paga y casi la mitad de la de un técnico de cuidados auxiliares de Enfermería (TCAE).


"A menos de una semana de volar a Palma tuve que rechazar mi contrato", ha relatado Merino



Al igual que Merino, la enfermera pediátrica Celia Pedreño no tuvo más remedio que rechazar el contrato en la UCI neonatal de cuatro meses en el Hospital Universitario de Son Espases, debido a la falta de residencia. "Venía de Murcia y buscar alojamiento fue una odisea", ha relatado. No encontró ningún piso para compartir en la capital balear, después de hablar con propietarios, grupos de alquiler de habitaciones, sanitarios y consultar aplicaciones. Tan siquiera se planteó la opción de un apartamento individual. "A menos de una semana de mi vuelo a Palma tuve que decir que no a mi contrato y volver a inscribirme en la bolsa de enfermería de Murcia", ha lamentado. 


Necesidad de una intervención autonómica


La presidenta del Col.legi Oficial d'Infermeres i Infermers de les Illes Balears (Coiba), María José Sastre, ha indicado que el difícil acceso a la vivienda se ha convertido en un grave problema para la retención de talento sanitario en toda la comunidad autónoma, aunque especialmente en Ibiza y Formentera, donde los precios son todavía más elevados. Es más, el Sindicato Médico Balear (Simebal) ha apuntado que el archipiélago necesita 800 facultativos para cubrir el déficit que padece, más palpable en los meses de verano, cuando los profesionales disfrutan de sus vacaciones y aumenta la presión poblacional por la llegada masiva de turistas. Por su parte, el Consejo General de Enfermería (CGE) sitúa la ratio de enfermeras por cada 100.000 habitantes de Baleares -578- por debajo de la media nacional -628-. 

Sastre ha asegurado que los profesionales sanitarios deben contar con "entornos laborales saludables" para que decidan quedarse en Baleares. Esto incluye una regulación del precio de la vivienda. "Hay sanitarios que optan por trabajar en otras comunidades autónomas donde el alojamiento es más asequible", ha apuntado, respecto a las enfermeras. Por ello, considera fundamental "impulsar la colaboración con las instituciones autonómicas y locales". Hay que destacar que la competencia plena en materia de vivienda es de los gobiernos regionales.


"Hay que impulsar la colaboración con instituciones autonómicas y locales para controlar el precio de la vivienda", ha dicho Sastre



Asimismo, Sastre ha remarcado la importancia de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores sanitarios en Baleares. La presidenta del Coiba ha resaltado mejores salarios, mayor estabilidad con contratos de larga duración, promoción del desarrollo profesional y la garantía de oportunidades para la movilidad interna y la formación de especialistas.

De momento, el Govern balear ha ofrecido extras de 20.000 euros al año para los médicos que cubran las vacantes de las zonas que padecen una grave falta de profesionales y de 15.000 euros en el caso de las enfermeras. Las medidas para controlar el precio de la vivienda establecidas en Baleares son de carácter temporal, pese a tratarse de un problema endémico de las islas. Al igual que la falta de sanitarios. "Una sanidad sin sanitarios no funciona", ha sentenciado Cedeño. 
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